Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 5 de febrero de 2002
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Economía
Ť Pobreza, recesión y marginación de mayorías amenazan el proyecto mundializado, dicen

Enron y antiglobalizadores inquietan a participantes del foro económico

Ť "Vivimos en un mundo frágil", concluyen ejecutivos empresariales en la reunión de NY

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 4 de febrero. Cansados de tanto debate, los casi 3 mil participantes del Foro Económico Mundial (FEM) concluyeron hoy su reunión anual con el mismo señalamiento con el que empezaron hace cinco días: los tiempos en que vivimos son frágiles.

Pero la mayoría de los ejecutivos empresariales y sus invitados, figuras políticas, sociales y culturales, con algunas excepciones, parecen estar durmiendo bien a pesar de su diálogo de cinco días, en el que afirmaron que el terrorismo, la desigualdad, la pobreza y el deterioro ambiental, la salud de la población humana, entre otros problemas, son preocupantes y hasta alarmantes.

Sin embargo, hay dos factores que podrían, de vez en cuando, interrumpir sus sueños colectivos, revelaron algunos participantes: el movimiento de oposición a la globalización del libre mercado, en todas sus vertientes, y el impacto del escándalo cada día mayor de Enron sobre la imagen del mundo empresarial y su bandera de la desregularización de todo.

forum_ny_aljAl mismo tiempo, imperó una opinión, tal vez bien resumida por el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo: "necesitamos más globalización, no menos. Aquellos de nosotros (que han visto los beneficios) no hemos presentado nuestro caso con suficiente fuerza".

Pero para otros, este argumento tiene que ser acompañado con el de reconocer la "responsabilidad social" de los empresarios globalizantes. De repente, al reconocer que los crecientes problemas de la pobreza, la brecha entre pobres y ricos, la recesión y la marginación de la mayoría del mundo han llegado al punto en que podrían amenazar el consenso público, político y hasta económico del proyecto de la globalización del libre mercado, algunos empresarios han declarado que no sólo son gerentes del capital sino también "ciudadanos", y deben asumir responsabilidades sociales.

Así, el hombre más rico del mundo en estos "tiempos frágiles", Bill Gates, presidente de Microsoft, reiteró este mensaje a lo ancho y largo de este foro. Además, aclaró, ser un buen ciudadano empresarial es bueno para el negocio. "No hay duda de que nuestra imagen como ciudadano corporativo y nuestra habilidad de mover producto están muy vinculadas", afirmó Gates.

Como varios de los participantes, Gates reconoció la legitimidad de los manifestantes que han acompañado a este foro en las calles: "Es algo saludable que haya manifestantes en las calles. Necesitamos una discusión sobre si el mundo rico está regresando lo que debiera al mundo en desarrollo. Creo que hay un pregunta legítima sobre si lo estamos haciendo".

Otras influyentes voces que se expresaron de manera parecida incluyeron a James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial, y varios ejecutivos más. El FEM resumió el sentir de los participantes: los ejecutivos tienen que manejar dos tipos de responsabilidades, contribuir al bienestar público sin dejar su papel principal como generadores de riqueza privada.

Richard Parsons, ejecutivo en jefe de AOL Time Warner, señaló que "los líderes de corporaciones tienen que pensar más allá de las ganancias, cómo están afectando a la sociedad", aunque eso, indicó, no debería subordinar "la obligación fundamental de una empresa de lograr una recuperación de ganancia razonable para sus inversionistas". Otros se mostraron escépticos en torno al papel social de las empresas, como durante las sesiones expresó un analista económico, quien indicó: "su papel (el de las empresas) es hacer buenos negocios, no salvar el planeta".

Foro plural: voces críticas pero poco eco

El FEM ha intentado proyectarse como un espacio plural de diálogo sobre la globalización, y todos los días ha celebrado sesiones y conferencias de prensa con representantes de los sectores que han expresado su oposición o criticado el modelo económico actual. En en estos últimos años (particularmente desde que estalló el movimiento global contra la globalización empresarial) ha invitado a más líderes sindicales, ONG de todo tipo, dirigentes religiosos y culturales.

Hoy, algunos de los casi 40 dirigentes sindicales invitados ofrecieron su evaluación del acto y justificaron su presencia en él. "Estamos dentro de este foro, pero en oposición a su versión de la globalización. No nos oponemos a la globalización, esa es una realidad, pero deseamos una globalización justa que proteja los derechos laborales de la misma manera que desean proteger los derechos de la propiedad", afirmó John Sweeney, presidente de la central obrera AFL-CIO.

Admitió que estos mensajes aún no han provocado ningún cambio concreto en de este foro. "La globalización no está funcionando para los trabajadores", y dijo que este mensaje fue el presentado por los sindicalistas en el FEM. Insistió, como sus colegas de Australia, Europa y Africa, también presentes, en que "es una oportunidad" para presentar estos puntos de vista, pero que al mismo tiempo los sindicatos también están "en las calles" con los manifestantes. "Apoyamos firmemente todas estas manifestaciones", tanto aquí como lo han hecho en Seattle, Quebec y Génova, indicó Sweeney al responder a una pregunta de La Jornada. Señaló que no serían invitados a estas reuniones si no fuera por las movilizaciones en las calles, ya que "reconocen que éste es un movimiento creciente".

Al mismo tiempo, Sweeney y sus colegas admitieron que, más allá de ampliar el número de sindicalistas invitados al FEM en los últimos tres o cuatro años, su presencia no ha producido en cambios concretos dentro del consenso básico de las cúpulas empresariales. El secretario general de la Red Internacional de Sindicatos, Philip Jennings, comentó a La Jornada que "construimos puentes (de diálogo) pero también ocupamos puentes. No podríamos hacer esto sin la gente en las calles". Guy Ryder, secretario general en funciones de la Federación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (FIOSL), indicó que el mensaje entregado aquí por los sindicalistas "fue oído por los ejecutivos y funcionarios, pero está por verse si fue escuchado".

Para Fackson Shamenda, presidente del Congreso de Sindicatos de Zambia, aunque al principio la oferta de la globalización fue bien recibida en el Tercer Mundo, ahora se entiende que "la pobreza es el orden del día... y que la privatización en muchos casos es más bien la extranjerización" de las economías de los países. Pero también en el primer mundo, señaló Sweeney, se ven las consecuencias de las políticas económicas que imperan, ?a las que definió como "Enroneconomías". Añadió, "lo de Enron no fue una aberración, es una ideología. La afrenta no es que Enron haya violado las leyes, sino que estableció las leyes".

El FEM concluyó su reunión anual y anunció que este "Davos sobre el Hudson" regresará a casa en Suiza. Desde allá se evaluará en un año si todavía estamos en "tiempos frágiles" o si ya estamos en otros.

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