Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 22 de enero de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas

Cultura
07an1cul Ť Su autobiografía La vida sexual de Catherine M. circula en México

Catherine Millet propone ''nuevos espacios sicológicos'' para pensar el erotismo

Ť Nunca el placer de la especialista en arte es tan pleno como cuando se masturba

Ť Hasta la liberal Francia se escandalizó con la publicación de esas ''andanzas''

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

A Catherine Millet le gusta chupar el sexo de los hombres; ha sido promiscua pero se considera tímida y aborrece la seducción, lo suyo es la acción sin preámbulos; le gustan sus nalgas y le disgustan sus senos; ha disfrutado de decenas de compañeros (y eventuales compañeras) sexuales, pero nunca su placer es tan pleno como cuando se masturba... De todo eso informa Millet en el libro La vida sexual de Catherine M.

No es común que las mujeres hablen abiertamente de su vida sexual. Menos aún que escriban de ella y la hagan pública. Será por eso que hasta la cosmopolita y liberal Francia se escandalizó con la aparición, a principios del año pasado, de ese libro que ya se encuentra en México y cuyo título es tan claro y directo como su contenido: La vida sexual de Catherine M. (Anagrama), en el que la autora hace públicas con ?literalmente? pelos y señales sus múltiples y diversas andanzas eróticas.

Reflexión inteligente: Vargas Llosa

Hasta antes de la publicación de esta autobiografía sexual, Catherine Millet era reconocida ?a sus 53 años? como una de las más prestigiadas críticas francesas de arte, directora de la revista Art Press. Ahora, más allá del ámbito de la plástica, su nombre ha empezado a recorrer el mundo perseguido por ese hermanastro incómodo de la fama: el escándalo.

millet-2Según el escritor Mario Vargas Llosa (El País, 27/05/01), el libro de Millet ''vale bastante más que el ridículo alboroto que lo ha publicitado" y advierte que ''quienes se precipiten a leerlo atraídos por el nimbo erótico o pornográfico que lo adorna, se llevarán una decepción. El libro no es un estimulante sexual ni una elaborada imaginería de rituales a partir de la experiencia erótica, sino una reflexión inteligente, cruda, insólitamente franca, que adopta por momentos el semblante de un informe clínico. La autora se inclina sobre su propia vida sexual con la acuciosidad glacial y obsesiva de esos miniaturistas que construyen barcos dentro de botellas o pintan paisajes en la cabeza de un alfiler".

millet-3Es pertinente la advertencia del autor de Elogio de la madrastra para no crearse falsas expectativas. Sin embargo, no por eso carece de interés La vida sexual de Catherine M. En general y aunque la suya no represente la experiencia sexual de la mujer promedio, ofrece al lector masculino una perspectiva distinta y por momentos inesperada de lo que algunas mujeres sienten, piensan, ven, oyen y quieren durante el ejercicio de su sexualidad. El relato de Millet tiene, además, una ventaja: como crítica de arte, es observadora, describe con precisión y maneja con destreza las palabras. Así, no obstante su distante frialdad descriptiva, de una manera muy vívida Millet pone al lector en contacto con texturas, volúmenes, colores, luces, sabores, olores, rostros, manos, barrigas, sudores, espacios, perspectivas, consistencias, grosores, pliegues...

Sin pasión transgresora

Tal vez la monotonía en que llega a caer el libro se debe a que, pese a su precisión, las descripciones y su contexto carecen de pasión transgresora. Ante los ojos del lector desfilan y se encadenan orgías, posesiones multitudinarias, juegos, coños, vergas (''pollas", en la traducción que Jaime Zulaika hace para Anagrama), culos, nalgas, tetas, con la misma inocuidad con que desfilan por la pasarela las mujeres participantes en los concursos de belleza.

La misma Millet lo menciona en una parte del libro: su incontenible gimnasia sexual tiene más que ver con una forma de vida (con lo que de rutinario tiene) que con un ánimo subversivo.

Sin embargo, lo que sin duda resulta de sumo interés son las observaciones o interpretaciones que Millet va desplegando acerca de sus lances sexuales, de sus motivaciones, de los detalles que detonan su placer, del contexto en que ocurre, así como de las manías y particularidades de sus compañeros constantes o amantes de ocasión. ¿Cómo se procesa en el intelecto de una mujer ?con los condicionantes culturales y sociales que la determinan? todo ese conjunto de estímulos físicos y visuales externos? Leído con atención, la obra de Catherine Millet ofrece claves para pensar el sexo desde, por así llamarlos, ''nuevos espacios sicológicos".

Por último, cabe citar el recordatorio que hizo Vargas Llosa al reseñar el libro: ''Conviene no olvidar que esa libertad sexual que se despliega con tanta elocuencia en el ensayo de Catherine Millet es todavía el privilegio de unas pequeñas minorías".

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año