Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 22 de enero de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas

Política
009n1pol Ť Carlos Medina Plascencia, gallo del Presidente; Luis Felipe Bravo Mena, del Jefe Diego

La pugna Fox-Fernández de Cevallos subyace en la lucha por la dirigencia nacional panista

Ť Comienza el proceso interno del blanquiazul; la meta, reforzar su base electoral hacia 2003

 GEORGINA SALDIERNA Y JUAN MANUEL VENEGAS

Alejado del foxismo y de quienes se beneficiaron de él, así como en la incertidumbre que le causa ser el partido que "llevó a Vicente Fox a las puertas de Palacio, pero se quedó afuera", Acción Nacional ha comenzado el proceso para renovar la dirigencia con la obligación inmediata de definir su relación con el Ejecutivo Federal y reforzar su base electoral con miras a 2003, tratando de que el efecto Fox -o lo que quede de él- se traduzca en la ampliación y consolidación de su voto duro.

Se verá también si la nueva dirigencia es capaz de ofrecer la gobernabilidad política que requiere el mandatario y si, por fin, los liderazgos "que saben ganar elecciones" son capaces de imponerse al establishment del panismo.

En medio de estas definiciones, habrá facturas personales que cobrar y pagar. Y el blanco es, sin duda, el todavía jefe del blanquiazul, Diego Fernández de Cevallos; incluso, muchos de los que hoy apoyan a Carlos Medina Plascencia para suceder a Luis Felipe Bravo Mena ven en el eventual triunfo del guanajuatense la posibilidad de dar su carta de retiro al ex candidato presidencial... aunque sea temporal, pues no faltan los panistas que se dicen hartos de la influencia del barbado tlatoani.

No deja de existir el riesgo -para ellos- de que Fernández de Cevallos y su candidato Bravo Mena se impongan en marzo y con ello se fortalezca la figura del senador, con doble efecto: mantener el control del partido y enviar la señal de que -nuevamente- ganó la partida a Fox Quesada.

Y todo porque, si bien muchos coinciden en que el mandatario se abstendrá de involucrarse en el proceso, la aparición de gente de su gabinete en el equipo de campaña de Medina sugiere que Fox está más inclinado por la candidatura de su paisano.

Vamos por el menos malo

clouthier_manuelBravo Mena ha desarrollado su vida política en el estado de México, donde fue candidato a la presidencia municipal de Naucalpan en 1990 y a la gubernatura en 1993. En 1988 se desempeñó como asesor de la campaña presidencial de Manuel J. Clouthier y previamente hizo análisis político para la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y el Consejo Coordinador Empresarial, además de haber participado en Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana, organización identificada con la derecha más recalcitrante.

Sobre la llegada de estos "teóricos del empresariado", baste recordar las encendidas protestas del fallecido José Angel Conchello, quien atribuía a gente como Bravo Mena la pretensión de querer adueñarse del partido, para "llevarlo a la derechización".

Sin embargo, y a pesar de la muerte de su mentor político (Clouthier), Bravo Mena se consolidó dentro de las filas panistas, al grado de que por su trabajo legislativo y en las fundaciones Rafael Preciado Hernández y Miguel Estrada, a finales de la década pasada -ya enfilado hacia la presidencia nacional panista-, una de las ideas que más propagó para consolidar su candidatura fue que se había convertido "en uno de los nuevos ideólogos del partido".

A tres años de haber derrotado ampliamente a Ricardo García Cervantes, hoy Bravo Mena busca relegirse en el cargo y, para lograrlo, recurre a quienes desde la presidencia de Luis H. Alvarez dominan el espectro blanquiazul: el propio Alvarez y Diego Fernández de Cevallos. Con ellos, algunos de sus más conspicuos discípulos: Antonio Lozano Gracia -de vuelta a la actividad partidista tras los escándalos que protagonizó como procurador general de la República-, el gobernador de Querétaro, Ignacio Loyola, y Armando Salinas Torre.

Aclarado el panorama, el coordinador de los diputados federales de Acción Nacional, Felipe Calderón Hinojosa, ha manifestado que llegado el momento su voto en el consejo nacional se inclinará hacia Bravo Mena. Y es de pesar el ánimo del ex líder nacional, tanto por su formación netamente apegada a la doctrina panista -de los pocos que están en la palestra y lo pueden presumir- como por el grupo político que ha ido consolidando desde que Carlos Castillo Peraza lo encumbró a la dirigencia partidista.

No es que Calderón simpatice mucho con Bravo Mena, sino que al compararlo con Medina su conclusión es sencilla, pero contundente: de los dos, hay que ir con el menos malo.

Medina y el aparente apoyo de Fox

Ex gobernador interino de Guanajuato, para muchos beneficiario de una de las concertacesiones entre el PAN y Carlos Salinas de Gortari, el empresario y ex corredor de autos Carlos Medina Plascencia cuenta para su campaña por la presidencia panista con el apoyo de destacados integrantes del gabinete presidencial: Rodolfo Elizondo, vocero presidencial; Francisco Barrio Terrazas, secretario de la Contraloría; Alberto Cárdenas, titular de la Comisión de Bosques, y Ernesto Ruffo, comisionado presidencial para la Frontera Norte.

Juegan en la misma pista la mayoría de los senadores, inconformes con la coordinación de Fernández de Cevallos, y varios diputados confrontados con Calderón Hinojosa.

A finales de noviembre dio a conocer públicamente su interés por buscar la dirigencia, aunque se sabía de sus pretensiones y de las múltiples reuniones que para entonces había sostenido con integrantes del consejo nacional, el organismo panista de 270 militantes encargado de elegir al jefe partidista en marzo próximo.

Medina Plascencia pertenece a la generación de empresarios que llegaron al PAN tras la nacionalización de la banca; los llamados "bárbaros del norte", entre los que se encuentran Francisco Barrio, Rodolfo Elizondo, Fernando Canales Clariond, Manuel J. Clouthier y Vicente Fox.

Por la integración de los grupos que respaldan sus candidaturas y los diferendos que se han registrado entre el PAN y el jefe del Ejecutivo, en corrillos del blanquiazul se acepta que la primera percepción de la contienda es que detrás de los candidatos hay una disputa paralela: la de Vicente Fox Quesada y Diego Fernández de Cevallos.

Y si los equipos de campaña tanto de Medina como de Bravo Mena se han apresurado a señalar que el presidente Fox no se meterá en el proceso interno, lo cierto es que la eventual victoria del ex gobernador de Guanajuato le restará fuerza política al senador Fernández, e incluso podría ocasionar su salida de la coordinación de los senadores.

Todo porque, de acuerdo con los estatutos del PAN, corresponde al líder nacional el nombramiento de los coordinadores parlamentarios y, sabidas las diferencias con Medina -que al comenzar esta Legislatura contaba con la simpatía de la mayoría de los senadores para ocupar la coordinación-, difícilmente Fernández de Cevallos se mantendría en el cargo. Conociendo a Diego -comentan algunos-, él mismo se adelantaría a poner su puesto a disposición de la nueva dirigencia. Con ello se fortalecería la presencia de Vicente Fox en su partido.

Críticas a Bravo Mena

La disputa adelantada por la dirigencia nacional del PAN se ha caracterizado por las críticas y severos señalamientos a la gestión del actual presidente de los blanquiazules. El tono de las acusaciones permite vislumbrar la feroz lucha que se está dando por los espacios de poder.

El senador Jesús Galván señala que durante la presidencia de Luis Felipe Bravo Mena se han logrado cosas muy importantes que están a la vista, sin embargo ha dejado tareas sin hacer o las ha hecho de manera deficiente. Destaca que, por ejemplo, permitió la marginación del PAN en la integración del gabinete.

El partido -de acuerdo con el legislador- no fue factor importante en el establecimiento de programas de gobierno. Eso es responsabilidad de Bravo Mena, subraya.

Molesto, señala que "no se vale que el partido juegue el papel del guardián que lleva al Presidente hasta las puertas de Palacio y se quede afuera".

Tal parece que la satisfacción de haber ganado en 2000 le ha impedido asumir el papel que le corresponde como impulsor de los cambios que necesita el país, agrega. Concretamente, precisa, el PAN debió encabezar los esfuerzos para consolidar la transición democrática, pero no lo hizo.

Si "equiparamos la situación con un equipo de futbol, no sólo hay que pasar de la segunda a la primera división, sino que es necesario jugar bien en la primera y ganar, pues de lo contrario se corre el riesgo de volver a la segunda", explicó.

Galván advierte que el PAN puede regresar a esa división en las elecciones de 2003. El riesgo está latente, independientemente de quién gane, aunque sería menor si no fuera Luis Felipe Bravo Mena, subraya.

Políticas nuevas

Para el senador Ramón Corral, el actual dirigente del panismo ha tenido logros importantes, como haber ganado la Presidencia de la República, pero ahora que Acción Nacional es partido en el gobierno se necesitan políticas nuevas.

Simpatizante de la candidatura de Carlos Medina Plascencia, aclara que no está contra el actual jefe nacional; sin embargo, los nuevos tiempos y las nuevas condiciones del partido hacen necesario un cambio en la dirigencia.

Desestima que sea necesaria la relección de Bravo Mena para consolidar el cambio del estatuto, como han señalado simpatizantes del dirigente, y puntualiza además, que la modificación estatutaria no fue impulsada únicamente por el presidente del albiazul, sino por todos los panistas.

Frente a las críticas contra el dirigente nacional, algunos consejeros han salido en su defensa, como la senadora Cecilia Romero, quien señala que durante la actual gestión Acción Nacional ha podido transitar de la oposición a ser un instituto político en el gobierno. Y, por añadidura, explica, ese cambio se ha vivido de manera ordenada e institucional.

Como presidente del PAN, agrega, Luis Felipe Bravo Mena es susceptible de críticas y de cometer equivocaciones; sin embargo, considera, es la persona adecuada para culminar el tránsito de la oposición al poder. Recuerda en este sentido que acuñó la figura de la "vinculación democrática", como el tipo de relación que debe existir entre el PAN y el gobierno. Para vivir esa vinculación y perfeccionar esa relación, estima que Bravo Mena debe relegirse.

El diputado Armando Salinas considera que Bravo Mena se ha desempeñado extraordinariamente bien.

Y expone lo que, a su entender, es de los grandes logros del dirigente: "Alguien que tiene que ver diariamente con Felipe Calderón y Diego Fernández de Cevallos y puede tenerlos en orden ¡merece todos mis respetos!", concluye.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año