Con ánimo futbolero –antes asistieron al sorteo del Mundial 2026, organizado por la FIFA– se reunieron en Washington los tres mandatarios de las naciones firmantes del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) –a la vez, sedes de la Copa Mundial del próximo año– y lo hicieron en un ambiente previamente enrarecido por uno de ellos: Donald Trump, quien apenas 24 horas atrás una vez más perversamente dejó correr el balón de que “posiblemente dejaré expirar” ese acuerdo y “elaboraré” o “llegaré a otro”, porque, según su ya muy sobada versión, sus “socios” y “amigos” del sur y norte de sus fronteras “se han aprovechado de nosotros como casi todas las demás naciones”.
Por cierto, de ridículo en ridículo, ayer Trump (en esta ocasión gracias a su patiño Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien promovió esta pieza de humor negro) recibió el “Premio de la Paz” creado ex profeso por esa organización de la mafia futbolera internacional, galardón que por primera vez se entrega –versión oficial– “a los individuos que han emprendido acciones excepcionales y extraordinarias en favor de la paz”, y como el orate de la Casa Blanca no ha hecho otra cosa que ponerla en constante peligro se adjudicó la estrellita de latón, en una suerte de revancha porque el jurado del Premio Nobel de la Paz lo mandó a paseo. Eso sí, cínicamente el magnate aseguró que “he salvado millones de vidas”. Cara dura.
Pero más allá de esa grotesca entrega de la corcholata y concluido el citado sorteo, la presidenta Sheinbaum, el primer ministro canadiense, Mark Carney, y el propio Trump se reunieron por alrededor de una hora con el T-MEC como centro de atención, especialmente después de que el bipolar de la Casa Blanca se aventó al ruedo con el comentario que se cita líneas arriba.
De hecho, antes de su viaje a Washington, la mandataria adelantó que “en realidad, el tratado no termina; hay una revisión, pero no es cierto que concluya el próximo año. Pero bueno, en su visión (la de Trump) y lo plantea de esta manera, pero también que puede haber otro tratado. Es parte también de su forma de comunicar y la idea (de la reunión tripartita de ayer) es platicar un poco de esto; va a ser una reunión muy breve, pero el objetivo es ver hacia dónde vamos, cómo seguimos trabajando juntos y poder acordar hacia dónde continúa todo el proceso de acuerdos relacionados con el comercio”.
Y ayer, tras el encuentro tripartito, la presidenta Sheinbaum comunicó que “tuvimos una excelente reunión con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y con el primer ministro de Canadá, Mark Carney; hablamos de la gran oportunidad que representa la Copa Mundial de Futbol 2026 para los tres países y de la buena relación que tenemos. Acordamos seguir trabajando juntos para temas comerciales con nuestros equipos; me voy muy positiva de la reunión que se dio hoy (aunque no se habló de la revisión del T- MEC, según aclaró), pero fue una reunión muy positiva, y lo importante es que seguimos, vamos a seguir trabajando. Ese fue el acuerdo más importante”.
Al iniciar el sorteo futbolero de 2026 (a celebrarse en México, Estados Unidos y Canadá), la presidenta Sheinbaum celebró “recibir por tercera vez la Copa Mundial; estamos orgullosos, orgullosas; nuestro país es extraordinario, bello, mágico y millones visitarán nuestra nación; tenemos un pueblo extraordinario, trabajador, y algo especial: nosotros disfrutamos del juego de pelota desde tiempos ancestrales. ¡Viva México!”
Y tras su reunión con Trump y Carney, en Washington la presidenta Sheinbaum asistió al Instituto Cultural Mexicano, donde fue recibida por un grupo de paisanos: “espero que poco a poco se vayan asentando las cosas; sé que no ha sido fácil para ustedes en los últimos tiempos; sé que la han pasado difícil y lo que hemos buscado es mejorar los consulados. Por favor, háganos saber todo lo que sigue mal, lo que sienten que no está funcionando bien; nuestro interés es que los consulados no solamente ayuden a las y a los mexicanos con todo lo que tiene que ver con trámites y otras cuestiones que son necesarios; que los consulados se conviertan en espacios para apoyar a los connacionales para que se sientan abrazados por los cónsules; la aportación (de los paisanos) es fundamental para lo que es este país; millones de mexicanos mantienen el apoyo a sus familias lo cual es algo que agradecemos mucho y siempre vamos a estar en contacto defendiéndolos y defendiendo a México en cualquier lugar que estemos porque somos un país extraordinario”.
Las rebanadas del pastel
Se ve, se siente, el Lupe-Reyes comienza a estar presente.
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