Guadalajara, Jal., Un recuento iniciado en sus memorias más remotas, junto a su abuela paterna o a su madre a los 5 años de edad, cantarines siempre como recuerda eran, que termina en la promulgación de la felicidad que le causa a sus 81 años ejercer un trabajo que no es trabajo, porque “a mí siempre me gustó cantar, no es que no haya hecho otra cosa en mi vida, pero lo que nunca he dejado de hacer es cantar”.
Al recibir el doctorado honoris causa de la Universidad de Guadalajara, Joan Manuel Serrat se llenó de evocaciones, se volvió un relator nostálgico que más allá de recordar los grandes conciertos, las ovaciones, otros reconocimientos, centró su discurso en su historia formativa, de trabajo para lograr el propósito buscado.
Por ello, dijo respecto a su nombramiento que no sabía sí era por sus méritos, pero con seguridad sí “ha sido por mis intenciones”.
“Me recuerdo de niño cantando con mi madre, mientras la acompañaba a realizar las tareas domésticas, a vender la ropa, a los caminos (...) Cantábamos las canciones de moda en la radio, de Conchita Piquer, canciones familiares. Y quizás sea por eso que a mí me entró ese gusanillo, de verdad, de aquí me viene ese gusto de andar, de ese pozo han bebido mis canciones”, rió.
“Aprendí el oficio de hacer canciones y de cantar de otros que antes lo aprendieron de otros, y me hace feliz pensar que tal vez con mi trabajo haya podido colaborar a que otros puedan encontrar un camino más agradable para continuar con esta cadena”.
Y declaró emocionado, con la medalla conmemorativa al cuello: “Soy feliz, soy feliz con este oficio que me gusta hacer y por el que además me aplauden. Constantemente percibo que la gente me quiere por hacer lo que hago, por lo que me gusta hacer. Y además me dan mesa en los restaurantes”.
En su elogio de la música, recordó que ya hace dos mil 500 años que Pitágoras recomendaba a sus pacientes cantar para eliminar el miedo, las preocupaciones y la ira.
Casi para concluir, dijo: “Hace más de 60 años que escribí mi primera canción y desde entonces no he dejado de ponerle música a versos propios y a versos ajenos. Escribo canciones para expresarme, pero también para comunicarme. Las canciones son lo que yo siento, pero también son lo que me cuentan los demás. Son lo que yo soy, pero también son lo que me gustaría ser. Son mi realidad, pero también son mi fantasía. Escribo canciones tratando de entender las voces de la calle y tratando de comprender los ecos también”.
La rectora de la UdeG, Karla Planter, y el vicerrector, Héctor Raúl Solís, destacaron la obra y trayectoria del nuevo miembro de la comunidad universitaria jalisciense, mientras Dulce María Zúñiga, rectora del campus de Ciencias Sociales y Humanidades de la UdeG -el cual promovió la distinción al poeta contemporáneo "de Bob Dylan y Leonard Cohen"-, dijo que se trata de una figura esencial en la historia de la canción en catalán y español.
