Monterrey, NL. Con el objetivo de aumentar el suministro de agua a la zona metropolitana de Monterrey, dos metros cúbicos por segundo, el gobierno estatal dio a conocer que trabaja en un programa para la potabilización de aguas residuales, las cuales serán reincorporadas a la red, informó Juan Ignacio Barragán Villarreal, director de Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey.

Una vez que el proyecto alcance su máxima capacidad el afluente que recibirá esa urbe y su zona conurbada, será 15 por ciento mayor al actual.

El funcionario explicó, en el marco de la 34 Convención anual y Expo 2022 de la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamientos (ANEAS), que lo que se pretende es convertir en potable el líquido que llega a las plantas de tratamiento de aguas residuales de San Roque, para evitar una nueva crisis de desabasto de agua, como la ocurrida a mediados de este año.

“Ahorita estamos a nivel conceptual y en charlas porque lo tiene que autorizar Conagua y Cofepris por temas de salud; estamos calculando que para dos metros cúbicos puede ser una inversión de alrededor de dos mil millones de pesos.

“Si lo comparas con la presa Libertad que nos va a dar menos de dos metros cúbicos y cuesta siete mil millones de pesos, es mucho más barato que hacer una presa, estamos en la estructuración financiera del proyecto”, señaló el director de AyD.

Aseveró que este tipo de proyectos ya se utilizan en varias ciudades de Estados Unidos y otros países del mundo que padecen escasez de agua.

El proceso llamado “reúso potable indirecto”, implica dar un proceso tecnológico adicional al que reciben en las plantas de tratamiento de aguas residuales convencionales, para luego inyectarla al río San Juan para que reciba un proceso de filtración natural y luego recolectar el caudal en la planta potabilizadora San Roque, para incorporarla a la red de abasto.

“Lo que consiste es que el agua que sale de los hogares va a plantas de tratamiento y se les da un tratamiento a tres niveles. La mayoría de las plantas en México tienen dos niveles, con el tratamiento secundario sale un agua transparente, no tiene olor, pero no es potable, porque puede tener bacterias y componentes que son nocivos para la salud”, dijo.

Al pasar por un tercer nivel de tratamiento, se le retiran los microorganismos dañinos para la salud y puede beberse; dijo que el programa piloto propuesto para Monterrey usa un proceso químico denominado floculación, que junta las sustancias coloidales y facilita su filtrado.

Adicionalmente, resaltó que es un agua que no va a faltar nunca, “porque ya la tienes ahí, entonces le estás dando vueltas y la tercera ventaja es que su costo de energía es menor que otras alternativas”.

Destacó que el tratamiento terciario de microfiltración de agua cuesta tres pesos por metro cúbico, y enfatizó en que comparado con la desalinización —que cuesta 20 pesos— “entonces es relativamente económica; no te va a faltar nunca y es perfectamente potable”.