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Cultura

2022-10-03 08:42

Para mantenerse vigente, hay que hacer un ejercicio de humildad, afirma Beatriz Moreno

En escenas de los montajes en los que participa.
En escenas de los montajes en los que participa. Foto cortesía Manojo de Ideas y del Twitter de Los guajolotes salvajes

Ciudad de México. Beatriz Moreno, parte de una de las grandes dinastías del arte en México, ha forjado su carrera de cinco décadas “en el mundo fantástico de la ficción”, basada en tres ejes: “enamorarme del proyecto, tomar un reto que me obligue a hacer más o que haya mucho dinero”.

Lo cierto, aseguró la hija del inolvidable actor José Elías Moreno, “es que en todos mis trabajos he encontrado amor y retos, pero, además, me ha dado para vivir como he querido, con dignidad y gozo; no con lujos estratosféricos”.

La actriz está de plácemes, pues celebra 50 años de trayectoria con la obra La sombra, en la que interpreta a una pintora y escritora y, a la par, se sumó al elenco de Los guajolotes salvajes, en la que cambia el arte dramático por la comedia con un personaje “desbocado y en la locura”, con dotes proféticas. El montaje, con el que festeja medio siglo de quehacer ininterrumpido se presenta en el Teatro de la República y, el segundo, en el Centro Cultural San Ángel.

Hablar de Beatriz Moreno es recordar innumerables telenovelas, con intervenciones en cine e importantes puestas en escena. Pero cuando se menciona su nombre, una de las primeras imágenes que llegan a la mente es la de la directora de la Escuela Mundial, de la telenovela Carrusel, parteaguas que encaminó los contenidos del melodrama infantil en la década de 1980.

En televisión ha actuado en más de una treintena de producciones como Humillados y ofendidos, María la del barrio, Ángeles sin paraíso, Zacatillo, un lugar en tu corazón, Mentir para vivir, Vencer el miedo, Caer en tentación, Alborada y Vencer el pasado, por mencionar algunas.

Además ha participado en programas como Mujer casos de la vida real, La rosa de Guadalupe y Como dice el dicho; en el cine, en Coqueta, Secretos de familia, Sin memoria y Paraíso, y en teatro, en Bodas de sangre, Volando al Sol, En la esquina de las desdichas, Después de casa de muñecas y La Casa de Bernarda Alba, así como en musicales de gran formato como Vaselina y Las Leandras.

Moreno, de 70 años de edad, recordó: “En mi familia, todos hemos sido apasionados del teatro y del cine; crecimos en un ambiente en que los amigos de mis papás se convirtieron en nuestros tíos, en hermanos mayores, en amigos o en abuelos; entonces sólo se hablaba de actuación y del mundo fantástico de la ficción, el cual se tiene que asumir con jocosidad, como un juego, pero siendo responsables de lo que decimos como actores y con una actitud profesional ante el trabajo”.

Cuando era niña, agregó, “mi primer impulso fue ser actriz para hacer cine, pero curiosamente es lo que menos he hecho, sin embargo, me atraparon el teatro y la televisión; los amo profundamente”.

No le gusta encasillarse

Sin duda, enfatizó, “me gusta actuar y los proyectos vendrán y seguiré eligiendo con base en los tres ejes que he comentado y, en cualquiera de los medios, lo haré con amor y pasión”.

Moreno añadió que no “le ha gustado encasillarse. Mira que en televisión muchos de los personajes que he hecho tienen la misma línea, hasta, casi, he sentido que los parlamentos los dije en otra telenovela o momento; sin embargo, el reto ha sido encontrar algo diferente, que se refleje en su forma de hablar o vestimenta o lo que sea”.

Contó: “Alguna vez hice pantomima y, al mismo tiempo, radio, porque en uno era la pura corporalidad y en el otro la palabra; después quise hacer comedia y tragedias. Tal vez me costó un poco de trabajo tener reconocimiento, pero éste fue pausado y me permitió en el camino abarcar diversos géneros. La verdad lo he disfrutado mucho”.

Para seguir vigente tras una trayectoria tan larga y prolífica, la actriz comentó que es indispensable “tener los pies en la tierra; para eso hay que hacer un ejercicio que puede resultar muy difícil y es el de la humildad, en el sentido de entender que tal vez tuve un gran éxito y no me debo quedar ahí”.

Lo que sigue “es aceptar humildemente que somos trabajadores de esta profesión y uno empieza de nuevo en el siguiente proyecto; no podemos subirnos a un ladrillo y marearnos”, precisó la actriz.

Sostuvo: “La profesión del actor tiene posibilidades infinitas, porque puedes hacer teatro en las escuelas, presentarte en grandes recintos, hacer películas, doblaje o radio. A todo hay que entrarle con el respeto y amor que merece cada uno de los proyectos y personajes”.

Paciencia, el consejo

A los jóvenes que buscan el camino artístico, les aconseja “paciencia y amor, pues si no amas esta profesión, como en cualquier otra, los momentos difíciles serán atroces; pero si sucede lo contrario, aunque no haya la remuneración, en ese momento, que se quiere, uno se desenvuelve y entrega su tiempo, energía y espacio a algo que nos ofrece regocijo”.

Beatriz Moreno comentó que tras haberse contagiado de covid-19 se reforzó un problema relacionado con la memoria. “Me daba miedo porque estaba olvidando, tenía vacíos, con momentos y palabras que no recordaba… pero el teatro me ha salvado la vida muchas veces y me llena de energía”.

La sombra, de Salvador Ignacio, dirigida por Gabriela Lozano, en la que comparte créditos con José Montini, cuenta la historia de una pintora y escritora que en su tiempo fue exitosa, pero después vivía separada del mundo hasta que un periodista solicitó entrevistarla sobre su obra más preciada y ella acepta emocionada.

Dicha charla toma rumbos inesperados cuando el reportero le cuestiona sobre La sombra, el último cuento que escribió y que ella incluyó en un libro de cuentos infantiles sin que en realidad tuviera conexión con ellos, el encuentro cordial se convertirá en un enfrentamiento feroz por el esclarecimiento de un pasado oscuro.

La sombra, con la que Beatriz Moreno festeja 50 años de carrera, se presenta los lunes a las 20:30 horas en el Teatro de la República, y Los guajolotes salvajes, en la que se suma al elenco de Margarita Gralia, Roberto Blandón y Raquel Garza, tiene funciones de viernes a domingo, en el recinto de San Ángel.

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