A la celebración por los 85 años del compositor estadunidense Philip Glass se suma el premio Grammy por su ópera Akenatón sobre un faraón decidido a transformar radicalmente a la sociedad egipcia.

La ganadora en la categoría de mejor grabación de este genero, por la producción que estrenó la Ópera Metropolitana de Nueva York (MET) en la temporada 2019-20, volverá al escenario por una breve temporada a partir del 19 de mayo, protagonizada por el contratenor Anthony Roth Costanzo y con la dirección de Karen Kamensek.

“La partitura de esta ópera es lírica, elegíaca y, aunque es claramente producto del famoso compositor (cuyas texturas sónicas intrincadas y repetitivas se desarrollan de for-ma diferente a la mayoría de la música clásica), se encuentra entre las más fáciles de apreciar de su creación”, describe la MET en su página para promover las presentaciones en su teatro sede en el Lincoln Center, que concluyen el 10 de junio.

“Las líneas vocales tienden a lo melódico, aunque sean originales y notables. El enigmático papel principal lo canta un contratenor, y el coro tiene un papel importante en todo momento, apareciendo como sacerdotes al principio, el pueblo de Egipto y los espíritus de los difuntos al final.”

Akenatón, personaje histórico en el que se inspiró Glass para escribir esta ópera, fue un faraón, casado con Nefertiti, quienes reinaron hace casi 3 mil 500 años el gran imperio de Egipto. Propuso reformas a la fe religiosa al intentar instaurar el monoteísmo y se autonombró intermediario de Amón, dios del Sol. Cegado por su insistencia de acabar con los antiguos dioses, se sospecha que terminó su reinado al ser asesinado. Su hijo Tutankamón lo sucedió en el trono, reinstauró el orden y Akenatón quedó en el olvido.

Philip Glass (Baltimore, Maryland, 31 de enero de 1937) situó su ópera Akenatón en el año 17 del reinado del faraón, alrededor de 1350 antes de Cristo. La historia se desarrolla entre la antigua capital de Tebas y la nueva ciudad que decidió fundar, así como sus ruinas del lugar destruido más tarde, al final de su gobierno. Para el libreto, que elaboró con un grupo de colaboradores, incorporó inscripciones antiguas, el Salmo 104 de la Biblia y una guía de viajes Fodor sobre Egipto.

La MET explica que esta obra, con estreno mundial en la ciudad alemana Stuttgart en 1984, es una de las tres óperas a gran escala de Glass, basadas en una “gran idea”, el monoteísmo, que continuó después de Einstein en la playa (1975), en la que abordó nuevas nociones de tiempo y espacio. La tercera es Satyagraha, sobre la revelación espiritual y política de la no violencia.

A estas obras se les ha llamado la “trilogía de retratos”, sobre hombres que cambiaron el mundo. De acuerdo con la casa de ópera estadunidense, tratan en gran medida de las fuerzas invisibles que afectan los aspectos sicológicos, políticos y místicos de la existencia, “temas que son retratados de manera única por las fascinantes líneas musicales del compositor”.

Los premios Grammys, distinción anual a lo más destacado en la industria musical, que otorga la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos, se entregaron el pasado 3 de abril a géneros como rock, pop, electrónica, urbana, jazz y country.

La música clásica es una de estas categorías, que dio la estatuilla a la ópera Akenatón. El chelista Yo-Yo Ma lo obtuvo por su grabación de sonatas de Beethoven en el disco Hope Amid Tears con el pianista Emanuel Ax, y tuvo nominaciones por Songs Of Comfort And Hope, que hizo con la pianista Kathryn Stott y otra nominación en el formato de música del mundo con el proyecto Blewu, junto con la cantante Angelique Kidjo, originaria de Benin.

Gustavo Dudamel, director venezolano, ganó el galardón en mejor interpretación coral por la Sinfonía 8, de Gustav Mahler, y el canadiense Yannick Nézet-Séguin, a la mejor presentación orquestal con la Sinfonía 1 y 3, de Florence Price, al frente de la Orquesta de Filadelfia.

Como intérprete solista, la violinista Jennifer Koh fue triunfadora con Alone Together, álbum con 39 grabaciones de obras inéditas de compositores emergentes y con trayectoria, que tuvo su origen en actuaciones en línea como respuesta a la pandemia de coronavirus y las dificultades financieras que sufrió la comunidad artística.