Muchos medios masivos de comunicación hacen un uso “sesgado” o sin un debido contexto de las imágenes de las manifestaciones de mujeres o movimientos feministas en el espacio público, en contraste con el trabajo con perspectiva de género que documentan las fotoperiodistas y activistas feministas fotógrafas.

Así lo consideran las profesionales del ramo que participaron en el foro GRRR Género: Reflectores, Relatos visuales, Recorridos y Respons-habilidades, organizado por el Centro de Investigación y Estudios de Género (CIEG), de la Universidad Nacional Autónoma de México, que se llevó a cabo el viernes pasado de manera virtual.

Con la participación de las fotoperiodistas Andrea Murcia y Lizbeth Hernández, así como de la activista y fotógrafa Rotmi Enciso, con moderación de la directora del CIEG, Marisa Belausteguigoitia y la investigadora Daniela Villegas Mercado, se refirieron a que cada vez son más las profesionales que registran los acontecimientos en torno a las manifestaciones en el espacio público.

La diversidad de imágenes que se generan permite un mejor contexto de la narrativa que se quiere reflejar, ya que, explicaron, una sola imagen si bien es reflejo de lo acontecido, no puede decirlo todo.

Se habló también de la ética, la responsabilidad, la conciencia y los límites que como fotógrafas desarrollan durante su trabajo, así como de la importancia de la labor de otras colegas en otros espacios geográficos del país.

Andrea Murcia, quien trabaja para la agencia Cuartoscuro, fue quien captó la imagen de una niña corriendo por el Zócalo capitalino, volando un papalote, teniendo como fondo la pinta que realizó un grupo de mujeres con los nombres de decenas de desaparecidas sobre el muro de metal que se levantó para proteger el Palacio Nacional durante la manifestación del 8 de marzo de 2021. Como fotoperiodista, explicó, “más que cubrir la manifestación desde un enfoque feminista, realizo mi trabajo desde una perspectiva de género”.

A partir de la exigencia de que las manifestaciones por los derechos de la población femenina fueran cubiertas por fotógrafas y no por hombres, “es que se empieza a reconocer nuestro trabajo como periodistas, reconoció Murcia; por un lado se crea una especie de unión entre fotorreporteras, y por otro, otras salen de cierta zona de confort en la que se encontraban”.

Sin embargo, explicó, “sin que se tergiverse la idea, pienso que no se necesita ser mujer para cubrir una manifestación femenina, pero es necesario tener una perspectiva de género, por eso es que somos la primera opción para darle cobertura. Más que ser feminista, para cubrir una protesta lo que se requiere es respeto”.

Para Lizbeth Hernández, como fotoperiodista independiente, es importante no perder de vista que las distintas problemáticas de ellas son una cuestión estructural.

Dijo que lo que hace junto con sus colegas “es dar testimonio de las distintas formas de accionar, reaccionar, luchar y encarar diversas violencias estructurales que nos atraviesan a todas, en múltiples contextos.

“No todo es documentar la intervención de un monumento, como el Ángel de la Independencia o las vallas frente al Palacio Nacional, no todo es el corredor de protestas en Avenida Reforma, en la Ciudad de México. Son parte de lo que acontece, sí, pero parecería que a veces lo que nos interesa resaltar es esa lucha de los colores morado y verde. También hay que abordar otros espacios, donde las dinámicas son distintas”, puntualizó Hernández, quien deploró el uso sesgado de las imágenes que transmiten los medios de comunicación masivos, fotografías “a las que no se les da un debido contexto”.

En su turno, Rotmi Enciso explicó que como activista y fotógrafa “soy también parte de la documentación gráfica. No sólo tomo la foto y me voy, sino que participo de la manifestación. Soy activista, y como tal, también soy parte de la escena inmortalizada”. Es un trabajo, añadió, “con el que también descubres a los espías, porque en las manifestaciones hay quien toma fotos a los que toman fotos”.

Enciso es integrante del colectivo feminista Producciones y Milagros, entre cuyas estrategias de autogestión es hacer gráfica, grabado, fotograbado y video. “A nosotras sí nos importa mucho quién nos pública, pues los medios de comunicación comerciales muchas veces revictimizan a las mujeres”.