En los países donde las mujeres pueden realizarse un aborto legal, el riesgo de complicaciones y muerte se reduce al mínimo, lo mismo que los costos para los sistemas de salud. No obstante, estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que cada año se efectúan 19 millones de interrupciones de embarazos sin condiciones de calidad y seguridad, de los cuales 97 por ciento son en países en vías de desarrollo.
También indica que 13 por ciento de las muertes maternas a nivel global son derivadas de la práctica insegura del aborto. En México, hasta 2019 esta era la cuarta causa de mortalidad materna. A partir de 2020, el Covid-19 se sumó a las causas de defunción asociadas al embarazo, el parto y el puerperio. De hecho, se ubicó en el primer sitio.
Información de Ipas, organización civil promotora de los derechos sexuales y reproductivos, señala que en países desarrollados se registran 30 muertes por cada 100 mil abortos. En naciones en vías de desarrollo la tasa es de 220 por cada 100 mil. Por regiones, en África Subsahariana son 550 y en América Latina y el Caribe, 62 por cada 100 mil.
Del número total de abortos inseguros estimados (19 millones) alrededor de 7 millones de mujeres presentan secuelas temporales o permanentes después de un procedimiento clandestino e inseguro. Pueden ser hemorragias, infecciones, lesiones vaginales, perforaciones uterinas y daño al tracto uterino, indica la agrupación.
De ahí la importancia de no criminalizar y, por el contrario, garantizar los derechos humanos de las mujeres, porque independientemente de lo que digan las leyes, los embarazos no deseados se interrumpen. La diferencia está en la forma en que se llevan a cabo.
Garantizar acceso a servicios médicos
Al precisar sobre la importancia de garantizar el acceso a servicios médicos formales, Ipas mencionó que en estos sitios prácticamente se elimina el riesgo de muerte. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, han documentado que la posibilidad de pérdida de vida de las mujeres es de 0.58 por cada 100 mil procedimientos. Es tan seguro como una inyección de penicilina, señaló Ipas.
Insistió en que los daños asociados a los abortos que las mujeres se practican, independientemente de que la ley lo permita, se pueden prevenir justamente si tienen acceso a la atención médica con personal capacitado y con disponibilidad de insumos suficientes.
Ipas también documentó que en los lugares donde el aborto es legal y accesible, nueve de cada 10 procedimientos se practican de manera segura, mientras que donde imperan leyes restrictivas que criminalizan a las mujeres, tres de cada cuatro se realizan en condiciones de inseguridad.
