Londres. El redactor jefe de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson, considera alarmante la falta de señales de que la nueva administración de Estados Unidos planee renunciar a perseguir al fundador del portal de filtraciones, Julian Assange.
Agregó que no se puede simplemente hablar sobre la no politización del trabajo del Departamento de Justicia; “debe haber una decisión política para poner fin a la persecución de Assange por motivos políticos”.
Hrafnsson comentó que si comparan el caso de Assange en el Reino Unido con el del opositor ruso Aleksei Navalny en Rusia, es Moscú quien gana. “Podemos ver a Navalny ante el tribunal, puede hablar en la corte. Todo eso no estaba permitido en Londres”, recordó Hrafnsson. Precisó que “Julian no pudo hablar, las cámaras estaban prohibidas”, así que “esta comparación no está a favor del Reino Unido”.
La abogada de Assange, Jennifer Robinson, afirmó que el preso no ha visto a su familia desde octubre pasado.
En enero, la magistrada británica Vanessa Baraitser dictaminó no extraditar a Assange a Estados Unidos por razones de salud y el riesgo de suicidio en el sistema penitenciario estadunidense, pero no lo liberó de la prisión de alta seguridad de Belmarsh, donde permanece recluido desde que la embajada de Ecuador en Londres le retiró su asilo, en abril de 2019, y fue arrestado.
El Departamento de Justicia reclama a Assange por “conspiración para cometer intrusión informática” y 17 cargos por tener acceso, obtener y divulgar documentos secretos, militares y diplomáticos entre 2010 y 2011.
Los cargos imputados a Assange se penalizan en su conjunto con 175 años en prisión.
Se cree que Assange es responsable de la mayor filtración de información clasificada en la historia en Wikileaks, que arrojó luz sobre los crímenes de guerra cometidos por las tropas estadunidenses en Irak y Afganistán.
