Desde hace décadas, Werner Segarra documenta la existencia a contracorriente de los vaqueros de la Sierra Alta de Sonora. Es una belleza para la fotografía, algo increíble. Pero vivir eso es otra cosa, no es nada cómodo. A muchos de los vaqueros les encanta estar libres en el campo. Hay una preciosidad. Creo que ellos lo entienden, pero a la vez hay sufrimiento, comenta en entrevista telefónica sobre esta forma de habitar casi desconocida en México, como sacada de las películas del viejo Oeste.