Navidad, primera venganza
o se trata del largo tiempo en que autoridades e instituciones, lejos de prohibir y desmentir esos mensajes, ni siquiera advirtieron a la gente de rechazar inversiones milagrosas que ofrecen rendimientos mágicos fuera de la realidad, silencio que las hace por lo menos sospechosas de complicidad de innumerables fraudes, sino de la primera de las puntuales revanchas de Satanás tras haber tentado tres veces a Jesús en el desierto y ser vencido, según cuenta el evangelista Mateo.
Luego de cuarenta días de ayuno, Jesús sintió hambre, lo que el diablo aprovechó para decirle que si era el hijo de Dios, convirtiera las piedras en pan. Su respuesta se volvió famosa: “no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Ante esa portentosa inapetencia, el Maligno volvió a la carga y llevó al nazareno a lo más alto de un templo, animándolo a arrojarse al vacío, pues según las Escrituras, los ángeles lo sostendrían. El hijo del hombre replicó: “No tentarás al Señor tu Dios". Contrariado por su ineficacia, Satanás mostró entonces a Jesús los reinos del mundo y le ofreció todo ese poder si se postraba y lo adoraba, a lo que el Mesías respondió: “al señor tu Dios adorarás, y sólo a él servirás“. Luzbel, frustrado, se marchó con la cola entre las patas.
La Biblia siguió reimprimiéndose y difundiendo sus amedrentadoras verdades mientras alguien, en algún lugar, preparaba una serena y afilada venganza por los siglos de los siglos, dada la cuádruple ofensa que había recibido: los tres airosos rechazos de Jesús y, la más grave de todas, presentar a Luzbel como un retrasado mental incapaz de sobrepasar los niveles escolares inventados por el evangelista para mal poner a prueba las convicciones del Mesías. Eso, sin duda, fue lo que más calentó al hasta entonces impávido Maligno, que presto eligió dos temporadas para sus satánicas revanchas, las torpes celebraciones del nacimiento y la muerte del fugaz triunfador del desierto: Navidad y Semana Santa.
No son fiestas, sino una de las dos venganzas del otro. Procura, dentro de lo posible, no sumarte a ellas. Pinos, esferas, foquitos, decoraciones, melodías, películas, ofertas, gastos, abusos, agotamiento, regalos, comidas, bebidas, sobrepeso, rupturas, romances, abrazos, embarazos, discusiones, pleitos, accidentes y muerte. Como en el resto del año, pero aumentado por la ira del vencido, por lo menos en la Biblia.











