Miércoles 3 de diciembre de 2025, p. 4
La novela El monte de las furias, de la narradora uruguaya Fernanda Trías (Montevideo, 1976), fue marcada por la crisis de desaparecidos en Guadalajara y el abandono de quienes buscan a sus familiares. Por este libro, la autora recibe hoy el Premio Sor Juana Inés de la Cruz en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
En entrevista con La Jornada, la escritora radicada en Bogotá mencionó que en uno de sus viajes a la capital jaliscience le mostraron la rebautizada Glorieta de las y los desaparecidos, “completamente empapelada de las caras de todos los jóvenes de la ciudad desaparecidos. Sentí el desamparo estatal de quienes desaparecen y son sus familiares quienes los buscan”.
En el texto, la protagonista asume ser guardiana de los restos “que aparecen ahí porque han desaparecido de algún otro lugar; ella los cuida y los entierra”.
Sobre el galardón, que recibirá por segunda ocasión (la primera lo obtuvo con su novela Mugre rosa), Trías apunto: “me siento muy orgullosa y honrada. Sé que es muy difícil recibir este premio una vez y mucho más difícil en dos ocasiones. Fue una gran sorpresa y, al mismo tiempo, una alegría enorme”.
La narradora comentó que cuando comenzó a leer, el libro que quizá mayor impronta le dejó fue Pedro Páramo, de Juan Rulfo. “Me acuerdo que sentí un temblor de tierra. Conectaba con muchas cosas, principalmente que desde mi primera novela he escrito mucho sobre el tema del padre y la del jaliscience es la poética de la búsqueda del padre”.
La narración distinguida explora las voces de una montaña y de la mujer que la habita. Una es un ser con una subjetividad antediluviana y, la otra, una trabajadora rural cuya historia se va tornando mucho más compleja, a decir de la escritora.
Trabajar con la voz de la montaña “me fue llevando más hacia el lado del mito, porque tenía que ser suprahumana, con esta sensación antiquísima de una subjetividad que ha estado allí un tiempo tan largo, más allá de lo que podemos concebir. Me interesé por los mitos y por darle uno de origen, en el que la montaña reflexiona sobre sus progenitores, sus deseos, etcétera”.
Según el jurado que le otorgó el galardón, El monte de las furias “se enraíza en la tradición narrativa latinoamericana, reconfigurándola mediante un excepcional punto de vista femenino lleno de hallazgos y matices”.
Trías también reconoció su interés en retomar figuras femeninas híbridas de la región andina, como Madremonte o Patasola, “espantos que deambulan por los bosques y generan mucho miedo a los campesinos que las encuentran. Mitos de presencias femeninas, que muchas veces son mitad mujer y mitad bosque o mitad monte”.
La narradora reflexionó que la literatura participa de la construcción de relatos que luego permean en el inconsciente colectivo y se convierten en parte de los mitos, por ejemplo Frankenstein o El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde.
“Me parece muy interesante cuando la literatura logra penetrar en esas necesidades que tiene la humanidad de cómo narrarse, nos permiten entender el mundo y a nosotros mismos, y se termina convirtiendo en un mito extraliterario. Hay muchísima gente que no ha leído Frankenstein, pero todo el mundo sabe a qué nos referimos.











