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Republicanos votan a favor de la difusión del expediente

Trump ante posible crisis; el Congreso aprueba abrir archivos de caso Epstein

Con amenazas y denuncias de complot, el presidente intentó parar la iniciativa

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▲ Víctimas del depredador sexual celebraron la determinación de los legisladores de divulgar fotos, correos y mensajes del financiero.Foto Ap
Corresponsales
Periódico La Jornada
Miércoles 19 de noviembre de 2025, p. 24

Washington y Nueva York. El financiero pedófilo Jeffrey Epstein provocó, desde ultratumba, un revés político y potencial crisis para su ex amigo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando el Congreso, bajo control republicano, se vio obligado a votar a favor de que el Departamento de Justicia revele los archivos sobre quien fuera durante décadas socio, asesor, traficante y violador sexual de menores para varios miembros de la cúpula política, económica y social del país.

El magnate y sus aliados buscaron evitar la divulgación de los archivos que tiene el gobierno sobre el caso Epstein y denunciaron que el escándalo es parte de un complot contra el mandatario de sus opositores en el Partido Demócrata.

De hecho, el presidente ordenó al Departamento de Justicia investigar la relación de varios demócratas prominentes con el fallecido pedófilo. Pero cuando la presión de sus propias bases y la disidencia de suficientes legisladores de su propio partido dejaron claro que sería derrotado, Trump revirtió su posición y se pronunció a favor de la divulgación de los documentos, con condiciones.

La pugna sobre Epstein reveló crecientes divisiones dentro del movimiento político que encabeza el jefe de la Casa Blanca, con varias voces prominentes de la derecha hasta ahora leal y que abogan a favor de que Trump se enfoque más en temas domésticos sumándose al llamado para la divulgación de los documentos.

La tarde del martes, víctimas del abuso de Epstein y sus amigos cuando eran adolescentes, observaron el voto desde la sección para visitantes de la cámara baja y gritaron de júbilo cuando el voto concluyó 427 a uno a favor de la medida que obliga a la procuradora general de la nación a emitir en un formato con buscador y del que se pueda “bajar” todo “documento no clasificado, comunicaciones y materiales de investigación” relacionados con Epstein y su conspiradora Ghislaine Maxwell –quien está encarcelada por su papel en las actividades sexuales ilícitas del fallecido depredador– como también documentación sobre vuelos y otros viajes, personas y entidades vinculados con el financiero, correos electrónicos, apuntes y comunicaciones internas del Departamento de Justicia sobre el caso.

Pocas horas después, el Senado aprobó la medida y la envío a Trump para que fuera promulgada en ley. El mandatario había dicho que lo hará.

Pero el enorme esfuerzo de las víctimas y sus defensores durante más de cinco años para lograr la transparencia plena de este caso todavía no puede cantar victoria, ya que se pronostica que el proceso de divulgación podría ser lento y que aliados del presidente en la legislatura incluyeron ciertas condiciones para evitar ciertas revelaciones dentro de la medida aprobada.

El amigo más prominente

Epstein se suicidó en la cárcel en agosto de 2019 mientras aguardaba su juicio por abuso de menores de edad y su cómplice Maxwell cumple una condena de 20 años por su papel en reclutar mujeres adolescentes para actividades sexuales con el financiero y sus amigos.

El amigo más prominente es por supuesto Trump, cuyo nombre aparece más frecuentemente que cualquier otro –y por mucho– en los 20 mil documentos previamente divulgados. Además, hay decenas de fotos y videos del presidente con Epstein, Maxwell y varias mujeres jóvenes en fiestas.

El mandatario ha repetido, incluso este martes, que rompió con Epstein en 2005 o 2006, porque pensaba que era “un perverso”.

Cabe resaltar que Trump ha sido acusado por más de 20 mujeres de hostigamiento, condenado por un asalto sexual contra una y además fue grabado declarando que famosos como él podían agarrar los genitales de las mujeres.

Varios de los correos electrónicos del archivo ya divulgados incluyen algunos escritos por Epstein declarando que “Trump sabía de las chicas” y que él pasó horas con por lo menos una. En los archivos anteriormente divulgados, hay mención de varias figuras prominentes, como el ex presidente Bill Clinton, el asesor derechista Steve Bannon, el inversionista multimillonario Peter Thiel, algunos periodistas de The New York Times, varios financieros de Wall Street –Epstein trabajó como asesor financiero para Leslie Werner, fundador de Victoria Secret, y Leon Black, jefe de Apollo Capital Management.

El primer socio en pagar la cuenta por su amistad con Epstein y de sus favores incluidas relaciones sexuales con mujeres menores de edad, fue el ex príncipe Andrés de Inglaterra, quien perdió su título, su residencia y otros atributos reales.

El segundo es Lawrence Su-mmers, el ex rector y ahora profesor de Harvard, ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, antiguo economista en jefe del Banco Mundial e integrante de juntas directivas y centros de política, quien el lunes anunció que se retirará de la vida pública y expresó su “vergüenza por sus acciones” en su larga relación con Epstein.

Se especula que éstos no serán los últimos. Hasta ahora, la única mención de personas mexicanas en contacto con Epstein se limita a un correo en 2010 donde el abusador reportó: “estuve charlando con una chava mexicana rubia guapa de 22 años de edad”, sin nombrarla.

Consecuencias políticas

Más allá de la polémica, la gran interrogante es sobre las posibles consecuencias políticas para Trump. Los diputados republicanos Thomas Massie y la derechista Marjorie Taylor Greene –hasta hace unos días una de las políticas más leales del presidente– han encabezado desde su bando el llamado por la divulgación de todos los archivos y son percibidos como una corriente influyente dentro del movimiento del magnate que favorece mayor atención a asuntos domésticos, como inflación y desempleo, y menos sobre política exterior.

“A nadie le importan otros países, el número sin fin de líderes extranjeros que vienen a la Casa Blanca cada semana”, declaró Green a NBC News la semana pasada.

Esos comentarios, junto con su insistencia en divulgar los archivos, causó que Trump retirara su apoyo político a la diputada, pero la legisladora no se ha callado.

Aunque insiste en que sigue apoyando a Trump, hoy ella y Massie –quien ya ha sido amenazado por el mandatario– son los triunfadores.

Massie ha impulsado un proyecto de ley con una contraparte demócrata, el diputado Ro Khanna, que busca evitar ataques militares estadunidenses sobre Irán sin previa autorización legislativa, y también ha expresado que el presidente no tiene la autoridad legal para lanzar una ofensiva contra Venezuela.

Hasta hoy, estas dos voces y muy pocas más estaban aisladas dentro del Partido Republicano. Antes el presidente podía controlar toda disidencia en su partido, pero hoy fue derrotado por primera vez y esto tal vez marca el inicio de la batalla sobre la sucesión cuando concluya su presidencia.

Esto apenas empieza. Si se revelan más detalles dañinos con la divulgación de los archivos, podría pasar de escándalo a una crisis política. De suprimir las revelaciones, eso podría ser hasta peor.

Las crisis políticas más graves de Washington no han sido detonadas por revelaciones, sino por los intentos de encubrirlos.