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Exigen fin del genocidio en Gaza

El País Vasco y Palestina se hermanan en juego por la paz
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▲ La selección palestina señala que su misión ahora es decirle al mundo que su pueblo “merece vivir con dignidad”.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 16 de noviembre de 2025, p. a10

Un acto de solidaridad y un abrazo humanitario. Así fue el partido de la selección de Palestina contra el representativo del País Vasco. El encuentro estuvo rodeado de un par de multitudinarias marchas contra el genocidio perpetrado por Israel.

Denominada como Misión en Bilbao, el entrenador Ehab Abu Jazar y los futbolistas palestinos, símbolos de un deporte devastado por los ataques de Israel, jugaron ayer contra la selección del País Vasco, el primero en Europa para el equipo, con la esperanza de trabajar por la paz.

Al mismo tiempo, un par de marchas en apoyo a Palestina recorrieron las calles de la ciudad. Incluso manifestantes escoltaron a la selección de jugadores palestinos para expresarle solidaridad. Ambas convocatorias reunieron a más de 200 mil personas, según reportes.

El conjunto palestino preparó este partido en uno de los campos prestados gratuitamente por el Athletic de Bilbao, que se disputó en el césped de San Mamés, ante unos 50 mil espectadores.

Todos ellos en favor de la causa palestina, muy apoyada en la región, donde se organizaron manifestaciones que interrumpieron la Vuelta a España este verano boreal.

“Es difícil entrenar cuando tu madre vive en una tienda de campaña improvisada. Soy de Gaza. Hemos perdido cerca de 200 mártires en mi familia. Mi hogar fue destruido”, confesó Abu Jazar antes del juego.

“Emocional y sicológicamente es muy difícil, pero representar a Palestina es el mayor honor que existe”, agrega.

A diferencia de su entrenador, la mayoría de seleccionados nunca han puesto un pie en Gaza. Juegan en Qatar, Chile, Islandia o Estados Unidos. Son, sin embargo, los últimos representantes del futbol palestino, devastado por bombardeos.

Desde entonces ya no hay campeonato, ningún club funciona, y cientos de deportistas han resultado heridos o muertos en el conflicto. Entre ellos, el futbolista más famoso del país, Suleiman Al-Obeid, de 41 años, apodado el Pelé palestino, quien fue asesinado en un ataque de Israel contra personas que esperaban ayuda humanitaria el pasado agosto en el sur de la franja de Gaza.

“Desde el primer día, el deporte fue un objetivo. Han destruido todas nuestras infraestructuras en Gaza, 289 en total”, afirmó Jibril Rajoub, presidente de la Federación Palestina de Futbol a la Afp.

“Mil 100 deportistas, empleados, entrenadores y árbitros han sido asesinados, entre ellos nuestro capitán (Al-Obeid). Otros miles han sido heridos, otros cientos siguen desaparecidos. Israel debería ser sancionado”, valora este político de 72 años, figura importante de Al Fatah (partido político nacionalista palestino).

El seleccionador Abu Jazar, con un keffiyeh alrededor del cuello, insiste. “Estamos aquí en misión. Para enviar un mensaje al mundo entero: el pueblo palestino merece vivir con dignidad.

“Hay que poner fin a la ocupación, poner fin a esta guerra y a este genocidio. La muerte sigue golpeando en Gaza, también la hambruna. Y no hay ningún refugio”, asegura, a pesar del frágil alto el fuego del 10 de octubre.

Espera, al igual que sus jugadores, que este partido benéfico, el primero organizado en Europa para la selección palestina y cuyos beneficios se destinarán íntegramente a Médicos Sin Fronteras, permita aumentar “la presión” sobre la comunidad internacional para lograr una paz duradera y el reconocimiento del Estado de Palestina.

“Eso es lo más importante: dar una voz a los palestinos que no la tienen y recaudar fondos para ayudar a las asociaciones humanitarias. Este dinero ayudará mucho, especialmente a reconstruir hospitales, a llevar medicamentos”, afirma el defensa Yaser Hamed, nacido en Bilbao, formado en el Athletic Club y quien actualmente juega en Qatar.

El jugador local, que habla perfectamente euskera y español, se considera “afortunado” de poder seguir viviendo de su pasión, “mientras que algunos palestinos mueren de hambre.

“Eso te hace saborear cada plato y todas las pequeñas cosas de las que la gente no se da cuenta en el día a día”, cuenta.

Rayo de esperanza

Su compañero Ahmad Alqaq, nacido en Estados Unidos y de pa-dres palestinos, quiere creer que los dos encuentros –contra el representativo vasco ayer y frente a la selección catalana el martes en Barcelona– podrán “abrir los ojos del mundo” sobre la situación humanitaria en Gaza.

“No somos políticos, pero como jugadores damos a la gente algo a lo que aferrarse. Con todo lo que están pasando, esto les da un rayo de esperanza”, explica el joven extremo de 23 años, quien milita en la segunda división de Estados Unidos.

“Cada vez que jugamos, quienes pueden encienden la televisión y durante 90 minutos olvidan todo lo que está pasando”, añade.

¿Y si Palestina pierde, como contra Malasia o Argelia en octubre? “Nos recuperaremos. Está en nuestros genes levantarnos siempre cuando caemos”.

El duelo lo ganó la selección vasca 3-0, pero al final se fundió en una celebración con el equipo palestino en muestra de solidaridad entre estos pueblos.