Martes 4 de noviembre de 2025, p. 3
A contrapelo de la “idea errónea” de que la guerra sucia no se ensañó contra los pueblos indígenas en los años 70 del siglo pasado, el abogado e investigador Francisco López Bárcenas recuperó en su libro Wenceslao José García: Un revolucionario surgido del ñuú savi (Editorial Petricor), que será presentado hoy, el legado del maestro normalista que participó en la oposición armada y fue desaparecido hace 50 años.
En entrevista con La Jornada, el docente mixteco nacido en Santa Rosa Caxtlahuaca, Oaxaca, dijo que “estamos en un país donde los pueblos originarios pesan y hay que tomarlos en serio hasta para las revoluciones”, a pesar de la noción de que “los indígenas no quieren participar”.
Añadió que “como en cualquier organización, nadie va a las armas ni reivindica la violencia si no han agotado antes las vías pacíficas. Eso está demostrado históricamente entre los pueblos indígenas de México, por lo menos”.
Wenceslao José García, nació en septiembre (28 o 29) de 1949 en San José Zaragoza, del municipio oaxaqueño de Santa Cruz Itundujia, fue líder normalista; integrante del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), por lo cual recibió entrenamiento militar en Corea del Norte; dirigente de la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S), y parte del vínculo con el Partido de los Pobres y Lucio Cabañas, así como responsable de la Brigada Revolucionaria Emiliano Zapata.
López Bárcenas mencionó que se ha ignorado o hecho a un lado la participación indígena “porque no es similar a la de la población mestiza. Las teorías revolucionarias han propugnado por la construcción del partido como vanguardia. Los pueblos tienen otras dinámicas, y creo que esas casi no se ven”.
José García ejemplificó esas maneras, pues tras el cierre de la Normal Moisés Sáenz, de Reyes Mantecón, Oaxaca, y ser puesto en la dirección estudiantil, se reunió en su pueblo con algunos de los principales. A don Cliserio Zúñiga, tras hablar de la corrupción gubernamental, le dijo: “usted que sabe de historia entiende que tendrá que haber mucha lucha para que haya un cambio”.
El autor de Rebeldes solitarios: El magonismo entre los pueblos mixtecos se refirió a la necesidad de ver más las formas propias de los pueblos. Si se trae a cuento al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), “tuvieron que inventar o crear el Consejo Clandestino Revolucionario Indígena de manera casi paralela al Ejército, porque los indígenas no querían participar en la zona donde estaba la organización armada.
“Vale la pena tomar en serio esas lógicas. El EZLN es un buen ejemplo de cómo han pasado los años, 31 ya, y pese a los problemas que puedan tener, ahí siguen, pero tiene que ver mucho con que sí han aprendido de la lógica de los pueblos.”
En este volumen, López Bárcenas se enfoca por primera vez en un personaje que participó en la lucha armada de los años 70, de quien supo tras leer algunos expedientes de la guerra sucia y en los que le llamó la atención que uno de los mencionados era mixteco.
Wenceslao José García era atípico, describió el autor, “porque era un chamaquito de 18 años activísimo. En la escuela no le entra, no le interesan los movimientos indígenas; él está estudiando, quiere ser el mejor estudiante y, seguramente, el mejor maestro. Se viene la agresión a la Normal Moisés Sáenz, de Reyes Mantecón, en Oaxaca, todo lo que se había guardado salta y con toda esa energía la defiende.
“Del movimiento nacional normalista al que derrotaron surge algo que permeó mucho en su vida, lo que lo hace singular entre otros dirigentes de la LC23S: lo indígena. En una estructura jerárquica, militar, él siempre busca el rasgo muy mixteco, discutir, aunque sea entre ellos. Por otro lado, chocaba mucho, sobre todo en su etapa en la liga, con la idea de que el proletariado tiene que ser la vanguardia en la revolución.”
Se llevó mucho mejor con Lucio Cabañas y se sentía más cómodo en el MAR, donde era más flexible el punto de la vanguardia en la revolución, pues trabajaban mucho con campesinos, y los maestros rurales lo eran, e indígenas en su mayoría.
López Bárcenas aseveró que el guerrillero “coincidía mucho en que la vanguardia no tenía que ser necesariamente el proletariado, que la realidad le decía que los campesinos eran la clase de avanzada en ese momento. Es un debate vigente en la discusión de las organizaciones, aunque no prevalece la lucha armada. Sigue sin zanjarse ese problema”.
El asesor de comunidades indígenas y especialista en la historia de los pueblos mixtecos refirió que Wenceslao José García desapareció tres veces, la primera para su familia cuando viajó a Corea del Norte a recibir entrenamiento.
La segunda desaparición ocurrió cuando agentes lo extrajeron de Lecumberri, tras su captura casi fortuita. La tercera, cuando lo borraron de lista de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas en el sexenio anterior. Fue enlistado de nuevo por reclamos de su familia y colectivos.
López Bárcenas recordó que este mes se cumplieron 50 años de su desaparición forzada. “La Secretaría de Gobernación emitió un boletín reconociendo que sí fueron sus agentes quienes lo desaparecieron. Eso se comentó en la comunidad y dijeron: ‘está bien que lo reconozcan. Ahora que nos digan dónde está’”.
El docente comentó que el texto es también un homenaje a María José García, quien después de años de no ver a su hermano, y tras su encarcelamiento, decidió ir al entonces Distrito Federal a trabajar para estar cerca de él y ayudarlo. En septiembre de 1975, Wenceslao José salió de la cárcel, según una carta de sus compañeros donde denunciaban que fue llamado “a juzgado”, por lo que salió de la crujía y no regresó más.
El libro Wenceslao José García: Un revolucionario surgido del ñuú savi será presentado hoy en las instalaciones del Archivo Histórico de la Ciudad de México (República de Chile 8) a las 17 horas.
Acompañarán a López Bárcenas el historiador Camilo Vicente Ovalle y la poeta zapoteca Irma Pineda, cuyos padres fueron desaparecidos. “Me apoyaron mucho. También Alicia de los Ríos; lamentablemente está en Chihuahua. Espero que llegue María José García; me gustaría mucho, porque también hay que reivindicarla. Cuidó a su hermano en la Normal y luego en la cárcel”. También asistirá Gloria Muñoz, directora del periódico digital Desinformémonos.











