El corazón de Esmeralda se deterioró en apenas tres meses // Al borde de la muerte, un trasplante la salvó
Lunes 3 de noviembre de 2025, p. 16
Esmeralda cumplió 20 años durante su estancia en el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez (Incich). Cuando llegó, su corazón funcionaba apenas en 18 por ciento; un deterioro que había iniciado sólo tres meses antes en Hermosillo, Sonora, de donde es originaria.
Ante la gravedad de su situación y enterada de que su única opción era viajar a la Ciudad de México, su familia contrató los servicios de una ambulancia para hacer el recorrido de casi 2 mil kilómetros por carretera.
Luis Antonio Jiménez, cardiólogo e integrante del Comité de Trasplantes del instituto, comentó que conocieron el caso de Esmeralda a través del hospital donde la atendían. Desde aquí, los especialistas asesoraban a sus colegas en Hermosillo. Allá se inició un tratamiento con medicamentos, con los cuales se buscó mejorar la función coronaria.
Pero no funcionó. La joven lle-gó al Incich y el tercer día sufrió una arritmia que la llevó al pa-ro cardiaco.
El especialista revivió aque-llos 13 minutos en los que el corazón de Esmeralda dejó de latir: “Era una condición crítica; se hizo la intubación y ya en la unidad de terapia intensiva se conectó a un soporte circulatorio externo”, para sustituir la función cardiaca.
No fue suficiente y hubo necesidad de usar el equipo Impella, un dispositivo que hace las veces de válvula del corazón para expulsar la sangre hacia la aorta y de ahí al resto del organismo.
El trasplante se volvió una urgencia. Así lo gestionó el instituto ante el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra). En cualquier momento la joven tendría otro paro cardiaco.
El especialista recordó que sólo una hora después de que concluyeron los trámites ante el Cenatra, les informaron que había un corazón. Se activó el protocolo y un equipo de cirujanos se fue por el órgano que unas horas después le colocaron a Esmeralda. “Se logró”, rememora Jiménez, todavía con emoción.
Ya en el proceso de recuperación, los médicos se percataron de que la paciente no podía mover la mitad izquierda de su cuerpo. En algún momento, un coágulo se fue al cerebro y bloqueó la circulación sanguínea.
Ahora Esmeralda está en terapia de rehabilitación. Con un corazón nuevo, se levanta, camina, casi corre.












