iertamente el tiempo dedicado al trabajo no remunerado de cuidados apenas en los últimos años se está reconociendo. El Inegi presentó los resultados de la Encuesta Nacional sobre el uso del Tiempo (ENUT, 2024), un trabajo realizado en una muestra de 32 mil 48 viviendas del país.
Se define “tiempo total de trabajo” el que comprende tanto el trabajo que genera ingresos como el que no. El “trabajo remunerado o para el mercado” comprende el trabajo de producción de bienes y la prestación de servicios para terceros a cambio de un pago o beneficio. Abarca trabajo formal (con contrato y seguridad social) y el informal, el tiempo de búsqueda de trabajo, la creación de negocios y los traslados para realizar el trabajo. El “trabajo no remunerado” comprende el trabajo de producción de bienes de autoconsumo, el trabajo doméstico (preparación de alimentos, limpieza, lavado, compras, etcétera) y el de cuidados para el propio hogar y de familiares (bebés, niñas, niños y adolescentes, personas mayores dependientes, enfermas o con alguna discapacidad), así como el trabajo comunitario y el voluntario.
En México, es mucho el tiempo que mujeres y hombres se dedican a trabajar, el promedio nacional es de 59.1 horas semanales: ellas trabajan 61.1 por semana y ellos 58. Al trabajo no remunerado (doméstico, de cuidados, comunitario y voluntario) las mujeres dedican 39.7 horas semanales en promedio, el doble que los hombres, quienes a estos trabajos dedican 18.2 horas, por lo que la brecha es de 21.5 horas.
Tan sólo al trabajo doméstico ellas dedican en promedio 28.2 horas semanales y ellos 11.5; al trabajo de cuidados, ellas dedican 13.6 horas y ellos 8.7, en tanto que al trabajo voluntario ellas dedican 8 horas semanales y ellos 5.5; al trabajo comunitario ellos dedican 3.7 horas semanales y ellas 2.6 horas. Al trabajo para el mercado o remunerado, las mujeres dedican 9 horas menos, 42.2 horas semanales, en tanto que los hombres dedican 51.3 horas semanales.
La población que habla lengua indígena (HLI) trabaja muchas más horas que la no hablante y las brechas de género son mayores: ellas dedican 44 horas semanales al trabajo no remunerado (doméstico, de cuidados, comunitario y voluntario), al que ellos dedican 16.7 horas, una diferencia de 28 horas; en tanto que al trabajo remunerado, ellas dedican 36 horas, 11 horas menos que las 47.3 horas semanales que le dedican ellos.
En la población HLI es de destacar la brecha entre los sexos en trabajo doméstico: ellas dedican 23 horas más, 32.7 horas semanales, en tanto que ellos sólo 9.5 horas a la semana. Las mujeres HLI trabajan en total 80 horas a la semana y sus contrapartes masculinas, 64.
Entre personas con discapacidad, también son relevantes las diferencias: ellas dedican 24.9 horas semanales al trabajo doméstico, más del doble que los hombres con alguna discapacidad, quienes dedican 11.7 a estas labores.
Las brechas de género en el trabajo presentan grandes diferencias en las entidades federativas. En Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Zacatecas, Nayarit, Durango y Sinaloa las mujeres dedican en promedio 24 horas semanales más que los hombres al trabajo no remunerado (doméstico, de cuidados, comunitario y voluntario); en la Ciudad de México y Baja California la brecha de género es la menor con 15 horas en promedio, la segunda posición la tienen Chihuahua, Yucatán y Quintana Roo, lugares donde las mujeres dedican 18 horas más al trabajo no remunerado que sus contrapartes masculinas.
Focalizando en el trabajo de cuidados, las mayores brechas de género las registran Veracruz, Nuevo León, Campeche e Hidalgo, donde las mujeres dedican 6 horas más a diferencia de los hombres, en tanto que en Baja California, Jalisco, Durango y la Ciudad de México, las mujeres muestran menores brechas, con diferencias de 3 a 4 horas más que los hombres al trabajo de cuidados.
Entre la población económicamente activa (PEA), quienes dedican 40 horas semanales al trabajo remunerado o de mercado, ellas dedican 23.8 horas (12.7 horas más) al trabajo doméstico, en tanto que ellos sólo 11.1 horas semanales; al trabajo de cuidados, las mujeres de la PEA que cubren 40 horas laborales dedican 8.3 horas y los hombres 5.3 horas.
El 15.2 por ciento de las mujeres quisieran dedicar menos tiempo al trabajo doméstico, un deseo de 6.4 por ciento de los hombres. Las horas semanales dedicadas a utilizar medios de comunicación masiva es de 15.1 horas para las mujeres y 15. 7 horas, los hombres. A deportes ellas dedican 4.7 horas y ellos 5.4, en tanto que a juegos y aficiones ellas dedican 4.1 horas y ellos 6.1 horas semanales. Los hombres dedican 6.9 por ciento menos tiempo a rezar, meditar y descansar, y 2.5 menos horas a los cuidados de salud.
Las estadísticas confirman una distribución desigual e injusta del tiempo dedicado al trabajo, un tema de interés público, toda vez que las brechas laborales de género son un freno estructural para la economía del país, para la movilidad social y para la autonomía y crecimiento de las mujeres, y en menor medida para la movilidad social de los hombres. Los mexicanos se resisten a colaborar más en las tareas domésticas y de cuidados, a lo que contribuyen jefes y patrones al no flexibilizar ni reducir los horarios laborales ni mejorar los salarios de las trabajadoras y de los trabajadores.
* Secretaria técnica del Conapo