Lunes 13 de octubre de 2025, p. 32
Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró ayer que su país quiere “ayudar a China, no perjudicarla”, adoptando un tono conciliador días después de anunciar un arancel adicional de 100 por ciento a la segunda economía más grande del mundo.
“No se preocupen por China, ¡todo estará bien! El respetado presidente Xi (Jinping) acaba de pasar un mal momento. No quiere una depresión para su país, y yo tampoco”, afirmó el mandatario estadunidense en su plataforma Truth Social.
Este mensaje supone un cambio drástico de tono, pues hace unos días el propio Trump acusaba a China de tomar medidas “siniestras y hostiles” en referencia a los controles a la exportación de tierras raras.
En concreto, denunció que China estaba intentando “tomar al mundo como rehén” y anunció un “incremento tremendo de los aranceles” sobre los productos de ese país.
Pekín, en tanto, acusó a Washington de actuar injustamente. Ayer, el ministerio de Comercio chino calificó la amenaza arancelaria de Trump de “típico ejemplo de doble moral” y afirmó que Estados Unidos había intensificado la presión económica contra Pekín desde septiembre.
Según el representante comercial Jamieson Greer, Estados Unidos ofreció tener una conversación telefónica después de las informaciones sobre nuevos aranceles de Pekín, pero China la pospuso.
“Puedo decirles que no se nos notificó, y rápidamente, tan pronto como nos enteramos por fuentes públicas, nos pusimos en contacto con los chinos para tener una llamada telefónica, y se aplazó”, declaró Greer a Fox News, al tiempo que calificó la medida de China como “una toma de poder”. No descartó la posible reunión entre los presidentes de Estados Unidos y de China en la cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico.
Trump reinició el viernes la guerra comercial con Pekín en una disputa sobre nuevas restricciones chinas a las exportaciones de minerales de tierras raras. Anunció gravámenes adicionales y controles de exportación sobre software de importancia estratégica, los cuales entrarán en vigor el 1º de noviembre.
Las declaraciones de Trump del viernes, así como su amenaza de cancelar una reunión con su homólogo Xi Jinping a finales de este mes, llevaron las acciones de Wall Street a terreno negativo.