Particular promovió demanda en el juzgado civil 52 del Poder Judicial

Miércoles 17 de septiembre de 2025, p. 36
Elvira Sánchez Moyado es víctima de un litigio para despojarla de la casa que habita desde que nació hace 50 años, mediante un juicio civil iniciado por un particular a través de un despacho jurídico con un “contrato de compraventa simulado”.
La propiedad, explicó, perteneció a su abuelo Emiliano Sánchez Zamora, quien falleció en los años 50 y la dejó a su padre, Emilio Sánchez Salinas.
El 20 de agosto pasado recibió la notificación de una demanda promovida en el juzgado 52 civil del Poder Judicial local por una persona, “que nunca he visto en mi vida”, llamada Alberto Cano Sánchez.
En el domicilio de Independencia 43, colonia Peña Pobre, en el centro de Tlalpan, muestra fotografías, boletas de predial y servicios, e incluso su acta de nacimiento con esa dirección, que contradicen los hechos descritos en la demanda elaborada por el abogado Daniel González Pavón, del despacho Firma Legal Ballack, donde refiere que en junio de 2020, Cano permitió a Elvira utilizar unos cuartos del terreno “para que cuando encontraran donde ir habitar (sic) me lo entregaran”.
La propiedad tiene valor de 9 millones de pesos sobre una superficie de 772.89 metros cuadrados, según el avalúo anexo a la demanda, aunque el área real del predio es de 753 metros, precisó Elvira.
La demanda se sustenta en un “título o contrato de compraventa” que Cano asegura haber celebrado el 12 de enero de 1975 con María de Jesús Sánchez Zamora.
De la mujer, explicó Elvira, sólo tiene referencia de que fue hermana de Emiliano, pero no la conoció, como tampoco a su abuelo, que había fallecido al nacer ella, ni hay constancia de que hubiera habitado en algún momento la casa, y desconoce cómo obtuvo Cano ese nombre.
La propiedad no se ha escriturado porque no han contado con recursos para el trámite, y entre sus documentos muestra una manifestación de afiliación de la construcción del 10 de agosto de 1952, en la que su padre, Emilio, da cuenta de la ocupación en ese momento de dos cuartos de adobe y ladrillo (parte que derrumbó el sismo de 2017), y una solicitud de servicio eléctrico de mayo de 1969. Luz y predial aún llegan a nombre de su papá, fallecido en 2009, y la cuenta de agua la cambió a su nombre en 2010 por reclamaciones que debió hacer por altos cobros del servicio.
Vecinos consultados corroboraron que Elvira siempre ha residido en Independencia 43 y no a partir de 2020, como asegura Cano. La respuesta a la demanda, elaborada con asistencia de un abogado de la Defensoría Pública, incluye firmas de más de 60 vecinos que manifiestan no conocer a Alberto Cano y menos aún que hubiese en algún momento tenido posesión de la propiedad.