Miércoles 10 de septiembre de 2025, p. 4
La compañía Onírico, que fusiona lenguajes e influencias escénicas como la danza y el teatro del gesto, llega al Centro Nacional de las Artes con Soñantes: Intento 1045, obra de los creadores Gilberto González y Juan Ramírez, quienes invitan a los espectadores a reconectar con su imaginación y su libertad.
La historia sigue a un trabajador que se siente desconectado de la vida y se encuentra con su alma y su memoria, lo que le permite reunirse con su parte soñadora. Mediante este viaje, el personaje encuentra la libertad y se reconoce a sí mismo en su totalidad.
En entrevista con La Jornada, Priscila Imaz, asistente de dirección del montaje, comentó que la propuesta busca esa conexión del ser con lo vivo, en la que los individuos no se dejen llevar por la cotidianeidad y la mecanización de la vida.
A manera de ejemplo, Imaz mencionó las nubes que se mueven y “nos hacen reconectarnos con la sencillez de la vida y olvidarnos del ajetreo cotidiano”.
La compañía Onírico siempre ha tenido una investigación propia desde su ser contemplativo y lo refleja en esta pieza, que invita a los espectadores a reflexionar sobre la importancia de la imaginación y la libertad en nuestras vidas.
“La apuesta de la agrupación tiene que ver con generar espacios donde la imaginación ocupa un lugar muy importante; es esa grieta que se abre en la vida para encontrar otras maneras de relacionarte con los demás y con uno mismo”, indicó Imaz.

Destacó que en el escenario, la compañía cuenta la historia de un intendente atrapado en la monotonía, que se resiste al olvido de sí mismo e impulsado por sus dos alter egos logra escapar hacia otros mundos, gracias a su imaginación.
Bajo la dirección y autoría de Gilberto González Guerra y Juan Ramírez, quien da vida al protagonista, y con las actuaciones de Emmanuel Fragoso y Ernesto Peart, Soñantes es una pieza sobre la imaginación como refugio y resistencia.
Entre lo lúdico, lo nostálgico y lo humano, la obra invita a enchufarse con el alma de un ser que no se rinde e incluso en el agotamiento es capaz de imaginar otros mundos, donde un trapo cobra vida y se convierte en conejo, compañero y cómplice del personaje principal, una escalera es vía de escape y las nubes símbolo del sueño.
El trapo reafirma la misión del intendente, que es asear, y con él limpia su camino para hallar la ruta adecuada.
Fragoso y Peart encarnan a los dos alter egos, quienes acompañan al protagonista que está “roto en tres partes”: está su cuerpo físico que experimenta esa cotidianidad exasperante; por otro lado, está su espíritu que habita ese universo de fantasía, además de sus memorias.
Soñantes: Intento 1045 se presentará este fin de semana con funciones dobles: jueves y viernes, a las 18 y 20 horas; sábado, a las 17 y 19 horas; y domingo, a las 16 y 18 horas, en el Teatro Raúl Flores Canelo, del Cenart.