Jueves 4 de septiembre de 2025, p. 11
Con el objetivo de impulsar una “agricultura mucho más limpia, más sostenible y más segura para productores, jornaleros y consumidores”, el gobierno federal instrumentará la primera de tres etapas para prohibir la comercialización y el uso de 35 moléculas plaguicidas a partir de que la medida se publique en el Diario Oficial de la Federación, anunció Julio Berdegué, titular de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
La primera fase de una nueva estrategia, elaborada por las secretarías de Agricultura, de Salud, de Medio Ambiente y de Economía, incluye dichas sustancias, entre las que destacó el aldicarb, insecticida que se ha usado en cultivos como caña de azúcar y cítricos, que causa graves daños a la salud por contacto directo y también porque permance en el agua que después se puede consumir.
Mencionó además el carbofurán, uno de los plagucidas más peligrosos del mundo. Aunque en México seguía siendo legal, está prohibido en Canadá, Europa y varios países; en Estados Unidos tiene muy fuertes restricciones, señaló.
El DDT, dijo, es un “caso increíble, de Ripley. En todo el mundo está prohibido desde los años 70; en México, por alguna razón, se prohibió su importación, pero no la producción o el uso. Quién sabe cómo fue posible”.
Anunció que después las cuatro secretarías se abocarán a la segunda etapa, con el objetivo de anunciar una nueva lista de productos prohibidos en el primer semestre de 2026. Una tercera fase está prevista para 2027.
–¿El glifosato entra en la prohibición? –se preguntó al funcionario.
–Efectivamente, hay un trabajo muy activo de científicos mexicanos y grupos de productores para generar alternativas –incluso unas que no son químicas, sino agroecológicas– prácticas que evitan el uso de cualquier plaguicida, el glifosato u otras. También la comunidad científica busca opciones que nos permitan remplazar este producto y otros.
“Muchas sustancias que estarán restringidas a corto plazo están identificadas en convenios internacionales de los que México es parte, como uno de Basilea, otro de Roterdam y otro de Estocolmo, en los que los países nos vamos poniendo de acuerdo en qué productos son aceptables, bajo qué condiciones. Todas estas moléculas, las 35, están prohibidas en uno o más países o regiones con los que México tiene comercio activo de alimentos.”