Desde la cuarta fila, Ricardo Monreal y Adán Augusto López escucharon sus palabras


Martes 2 de septiembre de 2025, p. 5
A la convocatoria del primer Informe de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y consumada la renovación del Poder Judicial, el Palacio Nacional fue el escenario para la restauración de las formas republicanas en actos oficiales: de nueva cuenta se reunieron en una ceremonia solemne los representantes de los tres poderes de la Unión.
Radiante lucía ayer Sheinbaum Pardo entre decenas de asistentes que acudieron a su primer Informe: empresarios, políticos, funcionarios, ministros, académicos y un contingente de representantes de pueblos indígenas.
Entre las decenas de invitados destacaba Hugo Aguilar, el nuevo ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, usando una impecable guayabera blanca.
Su presencia en Palacio Nacional testimoniaba el inicio de una nueva etapa en el Poder Judicial que, como definió la mandataria en su discurso, marcará el final de los excesos en ese tribunal: se termina –subrayó– la era del nepotismo, corrupción y privilegios y comienza una era de legalidad y justicia.
Así, ayer quedó atrás el alejamiento entre poderes de los pasados dos años, desde aquel desplante de la entonces presidenta de la Corte, Norma Piña, en el teatro de la República, en Querétaro, en agravio del presidente Andrés Manuel López Obrador en febrero de 2023. Esa arrogancia selló un protagonismo de los ex ministros por frenar todo lo que se asociara al obradorismo.
En esta ocasión, Aguilar llamó la atención de quienes acudieron al Informe de Sheinbaum. El presidente de la nueva Corte repartía abrazos por doquier a empresarios, gobernadores, políticos, legisladores.
Siempre sonriente, llegó a pie a Palacio Nacional, marcando distancia con todos aquellos que arribaron en sus vehículos con sus escoltas.
Por su parte, Sheinbaum se mostraba satisfecha y sonriente en su primer Informe de gobierno. Lanzó saludos a la distancia a todos los presentes. Fue la primera ocasión que rendía cuentas a la nación, en un acontecimiento que marcó diferencias con el arcaico pasado.
Después de sexenios de rupturas hasta entre los correligionarios priístas o panistas de antiguos regímenes, la mandataria, por el contrario, patentizó su reconocimiento a su predecesor: Andrés Manuel López Obrador.
Sin las mezquindades políticas que regían en los viejos sexenios, reivindicó la continuidad del movimiento, subrayando el logro principal de la Cuarta Transformación: la reducción de la pobreza. Sheinbaum no regateó en reconocimientos y lanzó: “damos continuidad y avanzamos sustentados en la gran hazaña del presidente López Obrador (…) con un nuevo proyecto de justicia social, sacó de la pobreza a más de 13.5 millones de personas”.
En paralelo, las pantallas mostraban imágenes del fundador del movimiento en los momentos estelares de su sexenio: Andrés Manuel López Obrador dando enjundiosamente el grito de Independencia, recorriendo las plazas públicas para compartir con el pueblo, repartiendo abrazos a quienes lo encumbraron.
A esas imágenes siguieron otras de sus momentos de triunfo en la elección presidencial de 2024 y otras escenas de sus primeros meses al frente del país. Fue un largo discurso en el cual puso énfasis en su llegada a la Presidencia como un símbolo de la creciente presencia femenina en la vida pública que permitió “romper barreras que, por siglos, parecían imposibles de derribar”.
Habló ante 300 asistentes en el Patio de Honor. No se permitió el acceso a los representantes de medios de comunicación. En las primeras filas, secretarios de Estado, gobernadores y los representantes de los poderes Legislativo y Judicial, incluidos la mayor parte de los nuevos ministros de la Corte. Más atrás, relegados a la cuarta fila, los coordinadores de Morena en San Lázaro, Ricardo Monreal y del Senado, Adán Augusto López.
Sin superar aún la polémica desde que se conoció que él designó al actual prófugo de la justicia Hernán Bermúdez como su secretario de Seguridad Pública cuando gobernó Tabasco, el senador llegó apenas unos minutos antes del inicio del Informe.
Quien sí acudió puntual a la cita, fue el secretario de Organización de Morena, Andrés Manuel López Beltrán, como parte de la cúpula de ese partido.
También asistieron integrantes del sector empresarial, entre los que destacaron algunos de los principales magnates del país: Carlos Slim, de Grupo Carso; Germán Larrea, de Grupo México, y Daniel Chávez, de Grupo Vidanta, quienes compartieron espacio con Altagracia Gómez, titular del Consejo Asesor Empresarial de Sheinbaum.
Todos ellos atestiguaron la reivindicación presidencial del nuevo proyecto de país que lanzó Sheinbaum: “el plan social más ambicioso en la historia de México”, arengó la mandataria para rubricar su discurso, “vamos bien y vamos a ir mejor”.