Martes 2 de septiembre de 2025, p. 6
Madrid. A pesar de una disminución de 26 por ciento en el área total quemada de 2002 a 2021 en el mundo, la población expuesta a incendios forestales ha aumentado en casi 40 por ciento, hasta 440 millones.
Un nuevo estudio, publicado en Science, demuestra cómo el crecimiento de la población está empujando a las comunidades a paisajes propensos al fuego, y la superposición entre las personas y las llamas se está volviendo más peligrosa.
La investigación, realizada en la Universidad de California en Irvine y otras instituciones, revela otra estadística que puede ser una sorpresa para las personas que consultan principalmente de fuentes de noticias occidentales: mientras los desastres de incendios forestales de alto perfil en Estados Unidos, Canadá y Australia a menudo dominan los titulares, los investigadores encontraron que 85 por ciento de todas las exposiciones humanas a los siniestros forestales durante ese periodo ocurrieron en África.
Sólo cinco países de África Central (Congo, Sudán del Sur, Mozambique, Zambia y Angola) representaron la mitad de toda la exposición humana global. En contraste, Estados Unidos, Europa y Australia constituyeron colectivamente menos de 2.5 por ciento del total.
Los investigadores analizaron los datos de la población y más de 18.6 millones de registros de incendios de 2002 a 2021 para encontrar que aproximadamente 440 millones de personas en todo el mundo estuvieron expuestas a un incursión forestal en su hogar durante este periodo, un número aproximadamente equivalente a toda la población de la Unión Europea.
Descubrieron que la exposición humana al incendio forestal aumentó en 7.7 millones de personas, un promedio de 382 mil 700 por año durante el periodo de estudio. Este aumento en la exposición humana fue impulsado no por un salto global en la actividad del fuego, sino principalmente por el crecimiento de la población y la migración a paisajes propensos a la combustión.
Clima de fuego
Otro factor iluminado por la investigación es un aumento significativo en la intensidad de los incendios forestales en América del Norte y del Sur. Esto está vinculado con la amplificación impulsada por el “clima de fuego”, que incluye condiciones como el aumento del calor, la menor humedad y los vientos fuertes.
El clima de fuego extremo ha crecido en más de 50 por ciento en las últimas cuatro décadas en todo el mundo.
Cuando se combinan con actividades humanas como el desarrollo de la tierra y las prácticas históricas de supresión de incendios, esta tendencia ha llevado a un riesgo intensivo de incendios destructivos en regiones como California. La frecuencia de las condiciones que conducen a los incendios forestales de impacto extremo (como los incendios de Los Ángeles de 2025) se cuadruplicó de 1990 a 2022 en todo el estado.
En Europa y Oceanía, el estudio observó una disminución en las exposiciones de incendios forestales, principalmente debido a los cambios de población de las zonas rurales a las urbanas. Esto resalta cómo los factores sociales y ambientales juegan un papel crítico en la configuración del riesgo de incendios.
“La paradoja global de la disminución del área quemada y el aumento de los impactos humanos que descubrimos se debe en gran medida a una superposición creciente entre los asentamientos humanos y los paisajes propensos a incendios”, dijo en un comunicado el coautor Amir Aghakouchak, profesor de ingeniería civil y ambiental de UC Irvine.
Aghakouchak alertó sobre una creciente vulnerabilidad humana a los incendios forestales, particularmente en regiones que reciben poca atención internacional; la investigación enfatiza la necesidad urgente de estrategias de mitigación proactiva para proteger a las comunidades de la floreciente amenaza de incendios forestales. Éstas incluyen técnicas de manejo de la vegetación como incendios prescritos, educación pública y soluciones de ingeniería para reducir las igniciones causadas por los humanos.