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Historias del Poder Judicial
El crimen político de Juchitán que las autoridades dejaron en la impunidad

María del Sol fue asesinada de 13 balazos junto con una candidata a síndica y los involucrados hoy se encuentran encumbrados en toda clase de cargos

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▲ Para Soledad, las personas no acceden a la justicia, sino que la enfrentan, y asegura que, como madre, seguirá luchando.Foto Sanjuana Martínez
 
Periódico La Jornada
Domingo 31 de agosto de 2025, p. 10

Cuando María del Sol Cruz nació, tenía sus ojos negros abiertos. Su madre, la periodista Soledad Jarquín, se sorprendió al dar a luz y ver a su tercera hija mirándola con asombro, desafiando al mundo. Esos ojos de alumbramiento son los que abiertos, ya sin vida, tuvo que reconocer 27 años después en una plancha de acero en el anfiteatro de Juchitán, Oaxaca, tras ser asesinada con 13 balazos que perforaron su cuerpo.

“Hijita mía, vete tranquila. Mira, te explico lo que te pasó: te dispararon junto a otras dos personas, no sé por qué, pero yo te voy a hacer justicia, no te preocupes. Lo que quiero que entiendas es que ahora estás en otro lugar, no sé qué pasó, ni por qué estas aquí, pero quiero que te vayas tranquila, mi amor”, le dijo dándole un beso en la mejilla, abrazándola, cerrando esos ojos enormes gritando silencio, mirando su cuerpo yerto, tapado con una pequeña toalla blanca.

Identificar el cuerpo de una hija es lo más doloroso. Son los misterios de la muerte, de los que casi nadie quiere hablar, dice Soledad en entrevista con La Jornada. Explica que tras su asesinato, el 2 de junio de 2018, su hija sigue con ella en otro plano y la acompaña en las presentaciones de su libro Revelaciones de un crimen de Estado, en el que cuenta la trama política detrás de su feminicidio que, siete años después, está impune.

A veces la siente cerca, en casa, percibiendo el olor de su perfume al pasar, escuchando sus carcajadas, su voz; merodeando los lugares donde fue feliz, donde la recuerdan siempre con su sonrisa, el calor de sus abrazos y su locura expansiva por la vida que le fue arrebatada.

Sol y Soledad van juntas exigiendo justicia, rompiendo el silencio, el cerco de complicidades; exhibiendo a los poderes amafiados, mostrando la impunidad constante, las irregularidades, la violencia institucional que lacera a ellas y a miles de ciudadanos. El Estado mexicano les falló. Les negó su derecho a la justicia.

Por eso, Soledad acudió en mayo de 2023 a Ginebra, Suiza, ante el comité de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) para buscar una respuesta, una condena, un poco de alivio ante tanta indolencia.

Cuaderno de colaboración

Durante años, Soledad Jarquín cubrió como periodista casos de feminicidios: “Me di cuenta de que en este país nadie puede decir: a mí no me va a pasar; nunca me pasó por la cabeza que iba a investigar el feminicidio de mi hija, me movió todo”.

Su hija, fotógrafa y videasta, fue asesinada el 2 de junio de 2018 en Juchitán, Oaxaca, junto con la candidata del PRI a síndica primera, Pamela Itzamaray Terán Pineda, y su chofer, Adelfo Jiménez Guerra.

María del Sol era jefa del Departamento de Comunicación Indígena Intercultural de la Secretaría de Asuntos Indígenas, y fue obligada a “apoyar” la campaña política de un candidato priísta.

Han sido siete años de intenso trabajo: “tocar puertas y que no se abran. Insistir, insistir, y me doy cuenta de que está todo bloqueado, que hay obstáculos y se hicieron mal las cosas; lo que hicieron fue descarrilar este tren hacia la impunidad”.

–¿Quienes son los responsables?

–Quienes estaban obligados a investigar y hacer las investigaciones desde todos los ángulos con perspectiva de género. Sin duda alguna, fueron los funcionarios de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, bajo las órdenes de Rubén Vasconcelos Méndez, actual delegado de la FGR en el estado de México. Le dieron su premio”.

Fue Vasconcelos Méndez, fiscal en el gobierno de Alejandro Murat, quien obstaculizó el acceso a la justicia para encubrir, dice, a los autores materiales e intelectuales del multihomicidio: “Él se negó a reconocer que se trataba de un feminicidio y obstaculizó las investigaciones en todos sentidos. Montó una gran simulación. Tres meses después del asesinato, detienen al primero, el juez no lo vincula a proceso y se queda dos años preso. Al siguiente año del asesinato, detienen al segundo. Jalan el hilo de lo más delgado: el detenido sí estuvo implicado, pero era el punto final de un tejido que se orquestó en otros lados. Y hasta que él sale de la cárcel es cuando nos enteramos de que hay un cuaderno de colaboración (01/O.F.G.E.O/2020) alterno a la carpeta de investigación 2552/JU/2018”.

Sobreseimiento

Soledad señala que ese cuaderno de investigación es un rompecabezas en el que está la trama: “Nos dimos cuenta de que hay una persona que paga; hay personas que reciben el dinero y son los que pagan a los autores materiales. Y el fiscal Vasconcelos guarda la carpeta para no investigar”.

El caso fue sobreseído en 2022. Ese año, Vasconcelos dejó su puesto y llegó como fiscal Arturo Peimbert, a quien solicitaron ver los avances del caso: “Yo tengo mi copia de la carpeta como víctima indirecta y lo que descubrimos es que las pruebas fundamentales fueron sacadas, le metieron cosas que eran de otras carpetas; en total, asume la fiscalía que hay 40 errores técnicos en la investigación del triple homicidio. Y al único implicado lo dejan libre porque no tienen como sustentar su participación”.

Después de sobreseído el caso, abrieron una nueva carpeta en 2022 por feminicidio, pero la cierran en diciembre de 2023: “La cerraron porque no encontraron las pruebas que se robaron y era imposible sustentar las mentiras que había puesto la gente de la fiscalía. Nos estuvieron entreteniendo, pero el cuaderno de colaboración que no meten en la carpeta es el que tiene todo. Y cuando llegamos con ese cuaderno de investigación al proceso, en la etapa intermedia del caso, el juez Armando Félix Toledano nos dice ‘esto ya no puede entrar’. Y finalmente dictó el sobreseimiento de la carpeta”.

Añade: “Todo está mal desde el principio. Los asesinan a las 2:30 de la mañana. Cincuenta minutos después aparece la fiscalía para levantar los cuerpos. Acordonan la zona y ahí empieza todo mal porque la familia de Pamela y Adelfo se llevan los cuerpos a su casa para velarlos, como es la costumbre en Juchitán. Nadie impide que se los lleven”.

Trama política

Fue el entonces secretario de Asuntos Indígenas, Francisco Montero López, quien manda indebidamente a María del Sol a cubrir la campaña de su hermano Hageo Montero López: “Ella les dice que es un delito electoral y su jefe se enoja, pero le dan viáticos y se hospeda en un hotel”.

Ella se trasladó a Juchitán a finales de abril y las campañas electorales arrancaron el 29 de mayo: “Este multihomicidio es una trama política. Pamela Terán Pineda, quien era hija de Juan Terán, conocido como El Chapo del Istmo, detenido desde el 2017 por narcotráfico y otros delitos, manejaba mucha gente, había masas de personas apoyándola. Ella iba como candidata a síndica municipal de la coalición del PRI, Verde Ecologista y Nueva Alianza”.

La otra candidatura la encabezaba Morena con Antonino Morales Toledo, actual senador de la República que fue presidente municipal de San Blas Atempa y que fue acusado de traficar con huachicol: “De acuerdo con el cuaderno de colaboración, a él lo cita un testigo que era jefe de seguridad de ellos y dice que vio a un señor llegar con 40 millones de pesos que se los entregó a una presidenta municipal y actual diputada federal, Gloria Sánchez López, a su hermano Héctor y a un ex alcalde de apellido Reyna, y les dice: ‘esto es para que gane ya saben quién’”.

Dice que otro de los testigos identifica a los que actuaron en el triple asesinato como gente de los Sánchez López: “la fiscalía de Oaxaca jamás quiso resolver. Nunca admitió que fuera un crimen político, ni tampoco feminicidio”.

Afirma que en la trama confluyen dos generaciones de familias con poder político: “Francisco Javier Montero López, secretario de Asuntos Indígenas del gobierno de Alejandro Murat, y el candidato Hageo Montero López. Yo acusé en un principio a los Montero López, que son del PRI, cometen delito electoral y tienen carpeta por corrupción y desvío de recursos; el papá, Porfirio Montero López, empresario eólico, líder religioso, político y amigo de José Murat”.

Añade: “Ellos tienen un colaborador que se llama Heliodoro Altamirano; es quien fue al hotel y se robó la cámara y la computadora de María del Sol. El papá de Heliodoro es amigo de José Murat. Fue sentenciado a 13 años de cárcel, pero lleva tres huyendo”.

Dice que Pamela, la candidata que fue asesinada junto con María del Sol, iba a inclinar la balanza a favor del PRI: “y los otros no quieren, prefieren que llegue Morena con su candidato Emilio Montero Pérez y es quien gana las elecciones. Y ahora es director general de Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca con el actual gobernador Salomón Jara Cruz”.

Lamenta que gente que participó en el multihomicidio siga su vida como si nada: “Hoy son gente encumbrada, están en la política de primer nivel, tanto en Oaxaca como a nivel federal. A nadie le interesaba resolverlo. La banda que contratan tiene a ex policías que han servido a estas familias. Es una red, ahora son funcionarios y tienen que ver con el Poder Legislativo de Oaxaca y el federal”.

La lucha sigue

Soledad Jarquín presentó su libro en Saltillo, Coahuila, con la periodista Juana María Nava, en un evento organizado por la activista Jackie Campbell y con la presencia del obispo emérito Raúl Vera: “Este libro es una manera de hacer catarsis. Mi hija no tiene la justicia del sistema judicial, pero tiene una justicia social que cuenta lo que pasó”.

Dice que ahora su voz y su cuerpo son de María del Sol para que salga a la calle a gritar “justicia”, y agrega: “En México, las personas no accedemos a la justicia, la enfrentamos. Esa justicia imaginaria, intangible, fantasmal y hasta aspiracional representa, en la gran mayoría de los casos, una lucha en contra de un sistema basado en el poder político, económico o fáctico”.

Desde el asesinato de su hija, ha recibido amenazas de muerte, pero dice que va a seguir: “Es una forma de decirle a María del Sol ‘aquí estas… así que ahora ya lo saben: no soy yo, eres tú la que los persigue’”.