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Historia, naturaleza y símbolo convergen en exposición de Carmen Parra en San Lázaro

El recinto legislativo acogerá un viaje por su universo artístico, desde mariposas monarcas, águilas reales y cocodrilos precolombinos hasta ángeles andróginos de la plástica novohispana

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▲ Representación del arcángel San Miguel, pieza incluida en la muestra Carmen Patria, Carmen Parra, que se inaugurará el próximo 26 de agosto.Foto cortesía Moisés Yrizar Rojas
 
Periódico La Jornada
Miércoles 20 de agosto de 2025, p. 2

De niña, Carmen Parra jugaba entre retablos barrocos y pirámides prehispánicas. Su padre, arquitecto y restaurador, la dejaba perderse en espacios como el altar de la Valenciana en Guanajuato, donde pasaba horas imaginando que los ángeles dorados la contemplaban.

“En lugar de Disneylandia, mi juego consistía en recorrer los altares y dejarme envolver por cada rincón y cada figura”, relató. Esa experiencia sería el cimiento de su vida y la semilla de un lenguaje que, seis décadas después, sigue floreciendo.

Pintora, escultora y antropóloga, Parra (Ciudad de México, 1944) inaugurará este 26 de agosto la exposición Carmen Patria, Carmen Parra en el Palacio Legislativo de San Lázaro, que ofrece un viaje por su universo artístico, desde la plástica novohispana y la mitología precolombina hasta los signos que definen su trayectoria.

El título de la muestra nació de un vínculo íntimo con el poema Suave patria, de Ramón López Velarde, que le leían en su infancia.

“En ese texto está la patria nostálgica que todos llevamos dentro: montañas, ríos, flores, frutas. Fue escrito en un momento difícil de nuestro país y sigue siendo un referente para los artistas mexicanos. Al salir del montaje, espero que los asistentes lo vuelvan a leer y lo aprendan de memoria, porque ahí están los sentimientos de este país”, explicó en entrevista con La Jornada.

“La muestra aborda dos ejes fundamentales: el arte colonial y la naturaleza. No importa el material, sino lo que tienes en la cabeza. Durante años he plasmado fachadas barrocas, ángeles y arcángeles, así como especies en riesgo; con ello, he construido un universo en el que convergen historia, naturaleza y símbolo.”

Entre sus piezas recientes sobresalen lienzos inspirados en La apoteosis de San Miguel, de Cristóbal de Villalpando, conservada en la Catedral Metropolitana. “Los ángeles son invenciones humanas; hechos del aire del tiempo, intermediarios entre el cielo y la tierra”, añadió.

Memoria cultural

En su trabajo aparecen mariposas monarcas, símbolo de transformación; águilas reales y el cipactli, cocodrilo mítico del mundo prehispánico.

“Cuando el cocodrilo se sumerge en el agua, comienza el tiempo. Esta imagen se vincula con mi labor en la Costa Grande de Guerrero, donde participé en la restauración del Museo Arqueológico de Zihuatanejo y en talleres comunitarios.”

Entre sus series más conmovedoras está la dedicada a Nurío, en la meseta purépecha, cuya iglesia, llamada la Capilla Sixtina del arte indígena, desapareció en un incendio.

“Es una especie de notario de la tragedia del patrimonio mexicano. Mis pinturas a veces son los únicos registros de lo que ya no existe”, comentó, consciente de la responsabilidad que asume con la memoria cultural. Su compromiso se extiende a El Aire, centro de arte fundado en 1997 en la capital mexicana, donde artistas y comunidades generan proyectos vinculados con el territorio.

Con voz suave y sentido del humor, la pintora no se presenta como maestra ni pretende dar lecciones, pero sus símbolos resultan comprensibles de inmediato.

“Todo el mundo entiende lo que es un ángel. Para leer una obra abstracta se necesita otra clave. Mi trabajo es directo, y quizá por eso conecta con públicos diversos, incluidas las nuevas generaciones”.

Esa capacidad le ha abierto puertas en Francia, Italia, Estados Unidos y América Latina, donde su imaginario dialoga con culturas distintas sin perder la raíz mexicana.

La exposición en San Lázaro durará sólo 15 días, pero la artista la considera un homenaje a su trayectoria. “Es un reconocimiento a tantos años de trabajo”. Después tendrá una muestra gráfica en Flow Condesa y un proyecto escénico con Ofelia Medina.

En su taller coexisten bocetos, mariposas disecadas, reproducciones de códices, fotografías antiguas y objetos hallados en mercados y viajes. “Una vez que los cuadros salen del taller, empiezan a deambular solos”, comentó con ironía.

En medio de un “mundo líquido”, Parra apuesta por el silencio, condición para mirar y comprender la maravilla del universo.

Además de rescatar la memoria novohispana, integra un nacionalismo cultural inclusivo, inspirado en Alfonso Reyes, que amalgama tres milenios de creación sin romper su continuidad.

Ángeles andróginos, caballos, mariposas y la Virgen de Guadalupe dialogan con el cipactli y otros símbolos prehispánicos, entremezclando historia, naturaleza y signo para construir un lenguaje reconocible.

“Olvidamos quiénes somos y que la naturaleza está muy sentida con nosotros. El arte puede producir el milagro que nos salve del desastre.”

Carmen Patria, Carmen Parra se inaugurará el 26 de agosto a las 12 horas en el vestíbulo del edificio A del Palacio Legislativo de San Lázaro (avenida Congreso de la Unión 66, colonia El Parque).