
Martes 22 de julio de 2025, p. 11
Santa Lucía, Méx., La Base Aérea Militar Número Uno de Santa Lucía, ubicada a un costado del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), representa para México una infraestructura de vanguardia y a su vez un enlace geográfico de gran relevancia logística y operativa, ya que su ubicación estratégica facilita el despliegue rápido y eficaz de tropas, equipo y ayuda humanitaria tanto a nivel nacional como internacional, logrando reducir de manera significativa los tiempos de reacción y optimiza las capacidades logísticas, lo que se traduce en seguridad, confianza y certidumbre en beneficio de la sociedad, señaló Francisco Jesús Leana Ojeda, comandante del Ejercito Mexicano y presidente de la Conferencia de Ejércitos Americanos (CEA).
El mando militar inauguró el Ejercicio de Ayuda Humanitaria Multinacional Operación Péekáamba, que reúne a ejércitos de 19 países del continente. La actividad consiste en coordinar un simulacro ante desastres naturales.
La Operación Péekáamba, cuyo nombre en lengua maya significa terremoto, ha sido planeada y diseñada con el propósito de fortalecer capacidades colectivas ante desastres naturales y emergencias humanitarias
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El ejercicio, que se desarrollará del 20 al 26 de julio, simula un escenario basado en los efectos de un temblor de magnitud 8.1.
Colaboran 176 soldados de los diferentes países y organizaciones integrantes de la CEA, entre ellos Canadá, Chile, Ecuador, Colombia, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Venezuela, Bolivia, Argentina, por mencionar algunos.
Actividades simultáneas en 13 escenarios
El comandante del Ejercito mexicano manifestó que participan en la activación de 13 escenarios simultáneos y progresivos aplicando el auxilio a la población civil ante un desastre.
En el caso del Ejército mexicano, Fuerza Aérea Mexicana y Guardia Nacional se instrumenta el Plan DN-IIIE y a su vez suman los esfuerzos de los ejércitos integrantes de la Conferencia de Ejércitos Americanos en tareas humanitarias.
La materialización de este ejercicio confirma que el auxilio a la población no sólo representa una misión interna en cada país, sino una gran loable y compartida.
Agregó que este ejercicio es un ejemplo clave de cómo el esfuerzo integrado va más allá del idioma, del uniforme y la bandera que nos representa. Es entendimiento mutuo y reciprocidad, es estandarización de protocolos, es capacidad de respuesta conjunta pero sobre todo, buena voluntad, lo anterior pone beneficios tangibles y duraderos para nuestros ejércitos entre los que destacan intercambio de procedimientos de trabajo conjunto, aplicación de métodos para la solución de problemas tácticos o logísticos comunes, intercambio de experiencias y lecciones aprendidas en escenarios reales y complejos, así como el uso de métodos tecnológicos que incrementan la eficiencia precisión y la seguridad de nuestras acciones
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