Robin Symes, comerciante del patrimonio
on los falsos argumentos de que el gobierno de Irak poseía armas de destrucción masiva, de vínculos con grupos terroristas y de que lo gobernaba un tirano, Saddam Hussein, en marzo de 2003 Estados Unidos invadió militarmente dicho país, con apoyo del entonces presidente español, José María Aznar, y el primer ministro inglés, Tony Blair. Prometió en esa ocasión instaurar un gobierno democrático. No fue así.
Esa invasión dejó un país devastado; miles de civiles y militares muertos y heridos, y la presencia del grupo extremista Estado Islámico, EI. En los territorios que controló, el EI destruyó la biblioteca de Mosul; saqueó las de Nimrud, Hatra y Khorsabad, así como sus ruinas arqueológicas. La que más daño sufrió fue la ciudad de Palmira, patrimonio de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Allí arrasaron los templos de Bel y Baalshamin, el León de A-lat, el Arco Monumental y la Torre de Elahbel.
La devastación de sitios arqueológicos y el saqueo de los museos de Irak por el EI propició el mercado ilegal de sus objetos de arte histórico-arqueológicos, parte de su rica herencia cultural, en un volumen tan elevado que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas declaró ilegal su comercio en 2015. Igualmente, los de Siria, entonces sumida en el caos.
Pero antes de la invasión estadunidense, los traficantes vendieron a importantes museos obras de arte de países africanos y el Medio Oriente. Es el caso del británico Robin Symes (1939-2023), quien vendió al Metropolitano de Nueva York (Met) tres esculturas que datan del tercer y segundo milenios antes de nuestra era. El Met ya las regresó al gobierno de Irak.
Symes fue detenido en 2005 y cumplió dos años de condena. Ha sido el mayor traficante de arte griego y romano. En un registro que la policía suiza realizó en 2016 en su bodega de Ginebra, se hallaron más de 17 mil piezas expoliadas de Italia, Grecia y Medio Oriente.
Pese a tantos señalamientos criminales siguió muy activo: Italia negoció con él poco antes de su muerte la entrega de 750 restos arqueológicos, desde vestigios etruscos hasta piezas de arte romano y medieval.
Miles de objetos saqueados de varios países, entre ellos México, se venden en casas de subastas y galerías especializadas.