
Jueves 17 de julio de 2025, p. 23
Washington. El Departamento de Justicia despidió ayer a Maurene Comey, veterana fiscal federal que trabajó en los casos contra el cantante y productor musical Sean Diddy Combs y el delincuente sexual Jeffrey Epstein. Mientras, el presidente Donald Trump desató una nueva polémica al tachar de estúpidos
a los republicanos y a sus seguidores por ser débiles
al defender la forma en que su gobierno manejó el caso Epstein.
Si bien no se dio una razón específica para el despido de la también hija del ex director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) James Comey, una fuente familiarizada con el asunto afirmó a Ap que la abogada fue retirada de sus funciones en virtud del artículo 2 de la Constitución, que estipula la facultad del presidente para nombrar funcionarios federales en los tres poderes del gobierno
.
Comey, quien según su página de LinkedIn ocupó el cargo durante más de una década, formó parte de procesos de alto perfil en años recientes, incluido un caso contra Sean Diddy Combs este año, así como los procesos de Jeffrey Epstein y de la cómplice de éste, Ghislaine Maxwell.
A su vez, Trump afirmó que sus antiguos seguidores han caído en estas estupideces por completo
, en un mensaje en su red Truth Social. También los llamó debiluchos
y después, en el Despacho Oval, cuestionó a su propio partido tras reiterar que todo ha sido una gran farsa montada por los demócratas. Algunos republicanos estúpidos y tontos caen en la trampa y así intentan hacer el trabajo de los demócratas
.
El magnate enfrenta divisiones en el núcleo de su movimiento Make America Great Again (MAGA), pues consideran que su administración encubre detalles escabrosos de los delitos de Epstein para proteger a millonarios y a las élites. Además, están convencidos de la existencia de una lista secreta con los nombres de los clientes de Epstein y creen que el financiero fue asesinado como parte de una conspiración.
Tras romper el mes pasado con Trump, el multimillonario Elon Musk aseguró que el magnate figuraba en la lista de clientes del depredador sexual, aunque después se retractó. El mandatario rechazó la acusación, aunque es pública su relación de larga data con Epstein.
Antes de ganar las elecciones, el presidente expresó que no tenía ningún problema
en difundir archivos sobre el caso, pero la forma en que su administración ha manejado el tema también generó fisuras en su gobierno, incluida una disputa entre la fiscal general, Pam Bondi, y el subdirector del FBI, Dan Bongino.
En un memorando, el Departamento de Justicia y la FBI afirmaron que carecen de pruebas sobre una lista de clientes o chantajes a personalidades poderosas; indicaron que no ofrecerán más información sobre el caso y ratificaron que Epstein se suicidó.
Trump reiteró ayer la conclusión de ambas instancias, aunque después intentó desviar la atención al enumerar lo que considera sus logros en política económica y exterior; además, se quejó de que la gente hable de un tipo que obviamente tenía problemas muy serios y que murió hace tres o cuatro años
.