Opinión
Ver día anteriorMiércoles 16 de julio de 2025Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Isocronías

Del estado de creación

E

ntrar en estado de creación, llamémosle así, no parece fácil. ¿Su opuesto? En la escritura, el terror ante la página en blanco.

Quien entra en el estado de creación va con seguridad desde lo conocido hacia lo desconocido. Empieza por desconocer lo conocido para conocer lo desconocido. Desconocer lo conocido para conocer lo desconocido es, mejor dicho, su actitud general, confiada entrega, aventura decidida.

Quien entra en estado de creación entra, puede decirse, en estado de metamorfosis. Se desconoce a sí mismo para mejor conocerse. La mínima variación de la atmósfera hace que, en la medida que sea, él mismo (o ella misma) cambie. Una serie de cambios experimenta quien entra en estado de creación. Creando se (re)crea.

Desasido de sí, hacia sí avanza. Dejando la superficie, a su centro se dirige, centro de alguna manera inalcanzable, siempre más lejos, pero no menos siempre más cerca. Alcanzar ese centro, acceder a él a plenitud le está negado, y sin embargo menos cada vez. Dejar de ser uno mismo para ser uno mismo, y si se pudiera (en cierto modo se puede), ser uno mismo con el cosmos, con todo, saberse –humildemente– unidad última, por participación agradecida…

Hay de alguna manera un aniquilamiento, el de la persona, a favor del espíritu (que la modestia obliga a poner en minúsculas, pero…). No es pues la ambición sino el abatimiento (San Juan de la Cruz) lo que decide, permítasenos decirlo así, el alcance decisivo: tocar (si no –aceptemos– llegar a) la meta.

Estar en estado de creación equivale a estar camino al Ser del que formamos parte. Quien entra al estado de creación está, por participación, siendo Lo que es. Es claro, nítido, para quien entra en el estado de creación, que no está tanto creando como siendo creado, por la Creación misma. Y que es precisamente este estar siendo creado lo que posibilita que, en términos menores pero asimismo claros, que él (ella) esté creando lo que crea: un cuadro, una coreografía, una canción, una obra de teatro, un poema.

Crear es conectarse con la Creación y hacer lo que ella pide o manda que se haga. Cierta pasividad hay –repitamos: es claro– en toda actividad creativa o creadora, hay un sometimiento lúcido a la maquinaria (o Voluntad) mayor de lo que, en el momento, se está creando, está siendo creado. Ser creación en – de– la Creación es la única ambición de toda obra de arte.