Damasco. Siria declaró un alto el fuego total en la sureña ciudad de Sweida (fronteriza con Israel) en las primeras horas de este miércoles, luego de que más de 200 personas fueron asesinadas y miles desplazadas durante tres días de combates entre milicias drusas y beduinas, que mantienen tensiones desde hace décadas.

El martes, las fuerzas de Damasco entraron en la ciudad para restablecer la estabilidad, al tiempo que Tel Aviv atacó con drones a las tropas sirias para asegurar el desarme en el área adyacente a nuestras fronteras y evitar que el régimen sirio lastime a los drusos, quienes en Israel son vistos como una minoría leal al gobierno y a menudo sirven en las fuerzas armadas. La cancillería siria denunció la incursión israelí como flagrante violación de su soberanía.

Tel Aviv adoptó una postura hostil hacia el nuevo líder sirio, Ahmed Hussein al-Sharaa, quien militó en el Estado Islámico y estuvo vinculado a Al Qaeda hasta 2016, cuando anunció la ruptura con esa organización y fundó Hayat Tahrir al Sham, que en diciembre derrocó al presidente Bashar Al Assad.

Estábamos entrando en Sweida para proteger a los civiles y prevenir saqueos cuando Tel Aviv atacó, declaró Manhal Yasser Al-Gor, miembro de las fuerzas sirias herido en el bombardeo.

Tras el alto el fuego acordado con los notables y dignatarios de la ciudad, las autoridades sirias prometieron entregar Sweida en cuanto terminen las operaciones de control y los residentes puedan volver a sus hogares.

En este contexto, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, reportó 203 homicidios desde el domingo, entre ellas 21 ejecuciones cometidas por las fuerzas del gobierno ayer.

Turquía e Irán condenaron el ataque israelí y Teherán acusó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de peligrosa inacción.