Los combatientes, la mitad mujeres, quemaron sus rifles

Sábado 12 de julio de 2025, p. 18
Solimania. Treinta milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) quemaron ayer sus armas en la entrada de una cueva en el norte de Irak, lo que representa un paso simbólico y significativo hacia el fin de una insurgencia de varias décadas contra el gobierno de Turquía.
Imágenes de la ceremonia mostraron a los combatientes, la mitad de ellos mujeres, haciendo fila para depositar fusiles de asalto AK-47, bandoleras y otras armas en un gran caldero gris. Más tarde, las llamas envolvieron los cañones negros que apuntaban al cielo, ante la mirada de funcionarios kurdos, iraquíes y turcos.
El PKK, en conflicto con el estado turco y considerado ilegal desde 1984, decidió en mayo disolverse, desarmarse y poner fin a su lucha armada tras el llamado público en este sentido de su líder, Abdulá Ocalan, encarcelado desde hace más de 25 años en una isla cerca de Estambul.
Ocalan reiteró su exhorto en un mensaje de video transmitido el miércoles en el que afirmó: Creo en el poder de la política y la paz social, no en las armas
.
En un comunicado, los combatientes del PKK se identificaron como el grupo de paz y sociedad democrática, y explicaron que se habían desarmado como un gesto de buena voluntad y un compromiso con el éxito práctico
de la pacificación.
De ahora en adelante continuaremos nuestra lucha por la libertad, la democracia y el socialismo a través de la política y medios legales
, afirmaron.
Tras una serie de esfuerzos de paz fallidos, la nueva iniciativa podría allanar el camino para que Ankara ponga fin a una insurgencia que ha matado a más de 40 mil personas, frenado la economía y provocado profundas divisiones sociales y políticas en Turquía y en la región.
El PKK ha librado una insurgencia armada contra Turquía desde 1984, inicialmente con el objetivo de establecer un Estado kurdo en el sureste del país. Con el tiempo, el propósito evolucionó hacia una campaña por la autonomía y los derechos de los kurdos dentro de Turquía.
El presidente turco, Tayyip Erdogan, escribió en la red social X que espera que la disolución del PKK refuerce la seguridad turca y la estabilidad regional: Que Dios nos conceda éxito en la consecución de nuestros objetivos en este camino que recorremos por la seguridad de nuestro país, la paz de nuestra nación y el establecimiento de una paz duradera en nuestra región
.
La ceremonia del viernes se celebró a la entrada de la cueva de Jasana, en la localidad de Dukan, 60 kilómetros al noroeste de Solimania, en la región del Kurdistán, en el norte de Irak.