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Tumbando caña

Claroscuros del Festival Internacional de Salsa de Boca del Río

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▲ Óscar D’León durante su participación en el cierre del Salsa Fest en Boca del Río, Veracruz.Foto Secretaría de Cultura de Veracruz
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oncluyó el Salsa Fest 2025 de Boca del Río, Veracruz, abarrotado de amantes de esta expresión musical con satisfactorios resultados económicos y de seguridad.

Las cifras expresadas por la gobernadora del estado, Rocío Nahle García, son por demás optimistas y alentadoras: 837 millones 316 mil pesos en derrama económica; 593 mil asistentes en los tres días; 98 por ciento de ocupación hotelera en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, además de un incremento de 55 por ciento en los servicios y 50 por ciento en empleo temporal. En el transporte terrestre se establecieron 45 corridas extras, mientras el aéreo registró un aumento de 785 pasajeros el fin de semana.

Con su presencia las tres noches, Rocío Nahle oficializó el evento y afirmó que el municipio de Boca del Río será la sede inamovible para los siguientes años, puntulizando que este es el mejor festival de salsa en el mundo.

A todo esto, hay quienes se preguntan cuál ha sido la aportación cultural de este evento masivo. La secretaria de Cultura estatal, Xóchitl Molina, dijo que la aportación cultural es la que brinda la fiesta y la interacción de la gente.

Se dice que en Veracruz, sobre todo en el puerto, hay una gran afición a la salsa. Pero los jarochos afirman que este es un fenómeno reciente y recuerdan cómo la invasión de la mala cumbia (conocida allí como chunchaca) permeó en el gusto de la gente justo en el esplendor de los años salseros e impidió el desarrollo de la buena música afroantillana.

Eventos salseros como los propuestos por el músico-empresario Gustavo Tavo Sousa o los del conocido político Luis Antonio Pérez Fraga El Pollo no prosperaron porque la gente no asistía, denotando el escaso interés por la salsa. Por eso asombra ahora lo masivo del Festisalsa, que provoca a muchos decir que en Veracruz se vive el mejor momento de esta expresión musical.

Algunos lectores de esta columna, incluido el compositor Rafael Mendoza, me preguntan si en realidad el Festisalsa de Boca del Río es como dicen: el más grande del mundo. Respondo que sí en términos de asistencia, pero no de un movimiento pleno.

¿Qué le falta al Salsa Fest? Para comenzar una inmersión en lo que supone el fenómeno cultural de la salsa: una reflexión profunda sobre su historia, los protagonistas y sus quehaceres, los ascendentes culturales y el fenómeno social que implica como cultura de masas. Reflexiones necesarias porque en el tejido de éstas se entrelazan los hilos de la historia, la etnicidad, lo nacional, el baile, la espontaneidad y la erudicción.

Cito, por ejemplo, el caso de Cali, ciudad colombiana cercana a la costa del Pacífico, donde, desde los años 70 se ha construido una serie de circuitos alrededor de la salsa. Allí se crearon escuelas de salsa, concursos de orquestas, se abrieron bares, se hicieron conversatorios, se han publicado libros y revistas sobre el tema y se ha instituido el baile caleño como Patrimonio Cultural de la ciudad.

El baile caleño, con sus coreografías espectaculares que narran historias urbanas y étnicas, ha roto fronteras no sólo geográficas, sino de clases, pues era un ritmo exclusivo de la población pobre y ahora es universal. El estilo es único, tienen un sello propio que los identifica con movimientos veloces de pies. El baile caleño tiene una esencia coqueta donde prima el movimiento de la cintura hacia a bajo, el jugueteo de las manos y los ojos, la conducción del hombre a la mujer, saltos y trucos, vueltas y pasión, se dice.

Cali cuenta además con el archivo discográfico salsero más grande del mundo y el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, la mayor plataforma de la cultura afrocolombiana de donde han surgido agrupaciones como Niche, Orquesta Guayacán y el cantante Yuri Buenaventura.

En Cali la fiesta no es de temporada, todo el año están de rumba. Comienzan en diciembre con La Feria de Cali, le sigue el Festival Mundial de la Salsa y, así, a lo largo del año, se pueden apreciar diferentes espectáculos artísticos de salsa en teatros plazas y carpas; de hecho, hay un circo de salsa donde se baila en el aire. Salsa aérea le llaman.

La cultura salsera en Cali es reconocida en el mundo, por lo que se ha dado en llamarle Capital Mundial de la Salsa. Ciudad musical a la que cada año viajan millones de personas a vivir ese ambiente en pistas o bares como Zaperoco, Chachachá, La Topa Tolondra, Mala Maña Salsa Bar, Donde Fabio y Living Night Club.

En Veracruz, me dicen que a penas hay cuatro o cinco espacios donde bailar salsa y unas seis agrupaciones que apenas sobreviven. Pocas academias y escasa literatura. Programas radiofónicos y comentaristas en línea poco enterados. De tal manera que para calificar entre las grandes ciudades salseras a Boca del Río y su festival, falta mucho por hacer.