Desde los años 70, los pasillos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se convirtieron en un lugar para hablar de la diversidad sexual y formar movimien-tos LGBT+.

Facultades como la de Filosofía y Letras comenzaron a ser núcleos donde se condensaban las ideas sin temor a la persecución.

A poco más de 50 años de esos primeros grupos sexogenéricos, autoridades universitarias destacan que la máxima casa de estudios ha demostrado ser un espacio en la conformación de colectivos de la diversidad y la lucha por la igualdady los derechos de personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, queer y otras identidades (LGBT+).

En el marco del mes del orgullo, que se celebra en junio, el director general de Atención a la Salud de la UNAM, Gustavo Olaiz, comentó que no existen cifras para saber si la población de la diversidad sexual se ha incrementado en planteles, escuelas y facultades de la institución, lo que sí es importante es que ya no se ocultan, y eso es una gran ventaja, porque se puede estimar el riesgo de infecciones en caso de sexo no seguro.

Según encuestas de la universidad, entre 3 y 5 por ciento de la población estudiantil se identifica dentro de la diversidad sexual, equivalente a 18 mil 500 alumnos.

Por eso, es importante tener un espacio seguro y libre de estigmas como el consultorio que apenas se abrió en el Hospital Regional 8 del IMSS exclusivamente para estudiantes de la UNAM, donde se estima que atiendan entre 6 mil y 15 mil jóvenes con riesgo de VIH u otras infecciones de transmisión sexual, subrayó Olaiz.

Sobre el papel de la universidad nacional en la historia de los colectivos LGBT+, la académica del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, Siobhan Fenella Guerrero, comentó que entre los grupos que surgieron hace más de cinco décadas en Filosofía y Letras, destacaron personalidades como Carlos Monsiváis, Juan Jacobo Hernández y Nancy Cárdenas.

Años más tarde (1999), relató la profesora, se creó el Grupo Universitario por la Diversidad Sexual, que formó a una importante generación de activistas e impulsó las dos primeras marchas del orgullo gay en Ciudad Universitaria.

En 2004, según la investigación de Fenella Guerrero, surgió el Colectivo Universitario Michel Foucault, el cual defendió el derecho al matrimonio igualitario.

Estos antecedentes, añadió, han demostrado que pertenecer a las diversidades no implica una disfunción, predisposición al crimen y que, de ninguna manera, es una patología. Nuestra casa de estudios ha tenido un papel crucial en el avance de estas ideas.

Consideró que aún hay discriminación y gente con prejuicios, pero entre los avances destacan la adecuación de documentos de identidad para personas trans; el reconocimiento de identidades transgénero en infancias y la prohibición de las terapias restaurativas.