Una explosión de color, de diversidad y divergencia, sin olvidar la diversión, son factores que permean AmaMarcha, exposición de Érik Rivera (Ciudad de México, 1979), abierta en el Centro Cultural Casa Talavera, perteneciente a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). Dueño de un estilo aniñado, no por nada que lo apodan El Niño Terrible.

El eje de la muestra son la marchas del orgullo LGBT que se llevan a cabo cada año, en particular la de la Ciudad de México (CDMX). Integrada por 46 piezas, en primer lugar están los retratos, hechos al óleo, de personas que participaron en la marcha de 2024, señala el artista a La Jornada. Destaca la serie de retratos dedicados a seis mujeres trans sobrevivientes: Samantha Flores, Emmayesica Duvali, Denisse Valverde, Antonella Rubens, Gabriela Eliott y Terry Holiday.

Se complementan con carteles diseñados por el artista, como aquel que resultó ganador del concurso Marcha de Orgullo LGBTTTIQ+ de CDMX en 2017. La tercera parte del conjunto de obra comprende cuadros reunidos bajo el título Vernáculo, que formaron parte de una exhibición cuya idea original era mostrarse simultáneamente en París, Málaga y Querétaro. Son pinturas que mezclan las tradiciones mexicanas con elementos de los pueblos originarios, pero a la LGBT. Es decir, retoman elementos que probablemente fueron femeninos, que ahora hacemos masculinos de forma divertida, diversa e irreverente, expresa Rivera.

En todas las piezas lo primero que se ven son unos ojos grandes y penetrantes. Rivera maneja el eslogan: “retrato niños que ya fueron adultos. Es un juego de tiempo. Siempre cuento que los ojos son el único órgano que no crece. Por eso los niños tienen la cabeza con la proporción de un adulto. Desde niño uno mantiene esos ojos, esas miradas, y, finalmente, son las ventanas por donde tu niño interior, ahora adulto, sale.

A veces se le da una forma muy divertida, en otras no tanto, porque tal vez uno conlleva traumas o heridas de la infancia. La idea es traspasarlos en un retrato que puede resultar muy divertido o muy confrontativo. Para Rivera, el tema del niño interior permite abordar cualquier asunto. Estas miradas infantiles trastocan todos los tópicos, incluso los sexuales.

Rivera dice haber llegado a esta forma de pintar por la terapia sicológica: Todo empezó con un ensayo de Freud sobre Leonardo da Vinci, en el que intenta recrear la infancia de ese hombre renacentista, aunque no existen muchos datos al respecto. Resulta, pues, un ejercicio imaginario de las posibilidades de la genialidad de adulto del niño da Vinci.

Sobre el retrato, el expositor señala: Hice una exposición en torno al artista guanajuatense Hermenegildo Bustos (1832-1907), en la que reinterpreté 21 de sus retratos, pero a mi estilo, aniñados. Me gusta mucho el término de retrato sicológico. De entrada, mis retratos aparentemente son muy lindos; sin embargo, al verlos, sus miradas grandes retan. Son como ilustraciones infantiles, aunque un poco más rudos. Confrontan al espectador. No es fácil tener un cuadro mío en frente todo el tiempo.

Egresado de la carrera de diseño de la comunicación gráfica, Rivera gusta de pintar al óleo en la medida en que esta técnica lo obliga a aprender a esperar: Soy muy acelerado. El óleo me da esta terapia de esperar, dejar reposar la tela para retomarla al día siguiente.

El acto inaugural de AmaMarcha fue encabezado por Ernesto Guijosa Hernández, secretario general de la UACM, y Emma Messeguer, responsable del Centro Cultural Casa Talavera. Es una exposición que celebra la diversidad, la memoria y la resistencia, además de invitarnos a mirar de otro modo la Marcha de Orgullo LGBT de nuestra ciudad. Aquí no hay sólo una historia, sino muchas. Cada imagen nos habla de quienes caminan cada año por las calles con orgullo, fuerza e historia. Érik no nada más retrata: interpreta, nombra y reconoce. Esta muestra forma parte del compromiso de la UACM por hacer visible lo que por mucho tiempo ha sido silenciado, resaltó Guijosa Hernández.

Según el funcionario, la exhibición tiene muchas piezas entrañables, pero puso énfasis en los retratos de las mujeres trans que han abierto camino por su valentía, historia y presencia luminosa. Guijosa Hernández prosiguió a entregarles un reconocimiento simbólico a las que acudieron a la inauguración, Eliott, Holiday y Rubens.

AmaMarcha permanecerá hasta el 28 de agosto en el Centro Cultural Casa Talavera (Talavera 20, barrio de La Merced, Centro Histórico). El horario es de 11 a 17 horas, de lunes a sábado con entrada gratuita.