Vecinos de la colonia San José Insurgentes, en la alcaldía Benito Juárez, denunciaron que padecen las emanaciones del drenaje en las calles José María Velasco y José María Ibarrarán, ya que de las alcantarillas sale agua fétida y cuando llueve también brota de los registros domiciliarios, por lo que el patio de una guardería y el sótano de un estacionamiento público ya resultaron afectados.

Explicaron que el problema empezó hace unos seis meses, en una coladera de José María Ibarrarán, casi esquina con Insurgentes Sur, frente al acceso de la torre del corporativo Prisma y se extendió al comenzar la temporada de lluvias hasta José María Velasco, donde una rejilla ubicada frente al número 101 todo el tiempo expele agua, en ocasiones con materia orgánica, lo que genera preocupación por el riesgo sanitario que representa.

Patricia Rodríguez Saravia, residente de la zona, comentó que han hecho más de 20 reportes a la alcaldía y al gobierno capitalino y apenas hace unos días un camión hidroneumático hizo trabajos de desazolve frente a dicho domicilio, pero no se resolvió el problema, por lo que con una colecta reunieron 15 mil pesos a fin de contratar un servicio particular que efectúe un trabajo más profundo.

Refirió que antes de que el problema llegara a José María Velasco, personal de la Secretaría de Gestión Integral del Agua que realizaba trabajos en el cruce de José María Ibarrarán, Insurgentes Sur y Barranca del Muerto, en la parte que corresponde a la colonia Guadalupe Inn, de Álvaro Obregón, comentó que quizás había una fractura en el colector principal de ese punto.

El brote de agua residual de las rejillas de José María Ibarrarán y José María Velasco se va sobre el arroyo vehicular hacia un par de atarjeas de la calle Damas, a unos 80 metros, el de la primera pasa a un costado del restaurante Saks, mientras la segunda corre por una estación de Ecobici.

Con las lluvias, explicó Rodríguez, las descargas de los domicilios no fluyen por el drenaje al colector, se queda en los pozos de visita y comienza a salir por las coladeras, como la del patio de la guardería Meraki École, donde los encargados tienen que realizar trabajos de limpieza y desinfección de manera permanente.

En el caso del edificio de José María Velasco 91, aunque no ha enfrentado anegamientos en su planta baja, el agua que se acumula en los registros de luz y drenaje que se filtra por el contramuro al edificio contiguo con giro de estacionamiento público y pensión, donde ponen a funcionar tres cárcamos para evitar que el sótano se inunde, pero incluso así los escurrimientos contaminaron una cisterna de 20 mil litros y dañaron mercancía en una bodega.