
Viernes 27 de junio de 2025, p. 29
Con banderas y pancartas con la leyenda “La cultura se honra y se preserva”, unas mil personas de la Ciudad de México y provenientes de algunos estados que integran el Movimiento por la Soberanía y Tradición Nacional (MSTN), se unieron en una marcha en defensa de las peleas de gallos en ferias y palenques, práctica que consideran fundamental de la cultura mexicana.
En compañía de caballos frisones, ponis y botargas representativas, bajo la consigna “Se ve, se siente, la tradición está presente”, gallicultores, taurinos, pajareros, agricultores y acuicultores caminaron desde el Palacio de Bellas Artes al Zócalo exigiendo respeto a sus costumbres.
Entre sus peticiones solicitaron a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la jefa de Gobierno, Clara Brugada, un alto al “genocidio cultural”, al injerencismo extranjero, la exclusión de la agenda animalista y la creación de una estrategia que proteja y preserve sus actividades, así como el cese de iniciativas prohibicionistas.
Efrain Rábago Echegoyen, representante del MSTN, aseguró que las peleas de gallos generan miles de empleos directos e indirectos en todo el país y reúnen a comunidades enteras en torno a una tradición que, afirma, tiene raíces profundas.
Oscar Montiel explicó que detrás de una pelea de gallos hay años de preparación y conocimiento especializado. “Lo que muchos ven es sólo el último momento, cuando el gallo pelea y muere, pero para llegar ahí pasan tres años desde que nace y los entrenamos entre cuatro y cinco semanas antes del combate”, relató.
Describió que los animales son alimentados con mezclas que incluyen hasta 15 granos, miel de abeja y leche, y se ejercitan en jaulas con paja, donde buscan granos para desarrollar músculo, o sobre mesas donde aletean para fortalecer sus alas. “Son como atletas, llevan un ciclo de entrenamiento. Hay personas que se dedican exclusivamente a esto, es todo un arte”, afirmó.
Alejandro Cruz, de la Sección Nacional de Criadores de Aves de Combate, sostuvo que la prohibición impacta su economía: “Hay personas que son pastores y entrenadores de gallos, hay quien los cría y vende; trabajamos en palenques y funcionamos como jueces o administradores de algún lugar”.
José Luis Vázquez agregó que existen granjas de todos los tamaños, desde traspatios con 20 gallos hasta criaderos con 5 mil animales. “En el palenque donde yo trabajo somos como 30 personas: meseras, cocineras, médicos veterinarios, todos vivimos de esto”, subrayó.
En la marcha participaron unas 350 agrupaciones, las cuales, apuntó Echegoyen, apenas representan 10 por ciento de las existentes en todo el país.