En el Día Mundial del Refugiado, organizaciones defensoras de los derechos de esta población alertaron que hay muchos retos por enfrentar como el retraso en los trámites de solicitudes de asilo en México, así como un mayor número de personas que necesitan protección.

Indicaron que esta situación se agudiza especialmente porque la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) sufre la reducción de su presupuesto por los recortes que ha hecho la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), debido a la merma en los recursos que le otorga Estados Unidos.

También lamentaron que la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación y la Comar no hicieran pública la conmemoración de este día: no es una buena señal... no tendría que ser ni a puerta cerrada ni ser tan limitado.

Lucía Chávez, de Asylum Access México, señaló que por la reducción de fondos la Comar ha reducido su personal y en consecuencia los solicitantes de refugio acceden más lentamente a los documentos.

Expuso que hay solicitantes que tienen hasta siete meses sin ser recibidos, lo que les ha impedido acceder a un empleo digno u otros derechos, como alimentación y salud.

Sin capacidad para atender todas las peticiones

Gretchen Kuhner, directora del Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi), apuntó que la Comar no está teniendo la capacidad institucional de atender todas las peticiones. Detalló que mientras en 2024 hubo casi 79 mil solicitudes de asilo en México, entre enero y abril de 2025 sumaron ya alrededor de 30 mil, principalmente de personas originarias de Cuba, Venezuela, Haití y Honduras.

Además del déficit económico que enfrenta la Comar, ésta se fragmentó en dos sedes: una en Naucalpan, estado de México, y otra a 27 kilómetros de ahí, en Iztapalapa, lo cual agrava las condiciones precarias de los migrantes que piden refugio, apuntó Luis Xavier Carrancá, abogado de la Clínica Jurídica para Personas Refugiadas Alaíde Foppa de la Universidad Iberoamericana.

Mencionó que si bien las autoridades intentan enmendar lo anterior, a través de un sistema de registro digital, lo que se requiere es reflexionar en las necesidades de los refugiados de formas más estructurales y no individuales.

Karen Pérez, directora nacional del Servicio Jesuita Refugiados México, mencionó que en el norte del país, ante el cierre de la frontera, se incrementó el número de personas solicitantes, debido a que no pudieron ingresar a Estados Unidos por la cancelación del sistema CBP One.