Memoria, textil y naturaleza se expone en el Jardín Botánico IB-UNAM // Más de 40 artistas recrearon especies registradas en el Códice de la Cruz-Badiano en diversas técnicas

maravillosoque en la actualidad se siga recurriendo a remedios naturales que las culturas precoloniales empleaban, como el toloache, las hojas de guayaba, el poleo o el toronjil. n Fotos Jardín Botánico IB-UNAMFoto Jardín Botánico IB-UNAM
Sábado 21 de junio de 2025, p. 2
Después de cinco siglos se siguen utilizando las mismas plantas de las culturas prehispánicas para aliviar el cuerpo, algo maravilloso
, celebra la bióloga Linda Balcázar, con motivo de la exposición Memoria, textil y naturaleza: Nuevas miradas al Códice de la Cruz-Badiano, abierta al público en el Jardín Botánico IB-UNAM. Entre aromas y plantas vivas es posible hacer un recorrido por obras artísticas que interpretan el texto más antiguo de medicina escrito en el continente americano.
El toloache, el poleo, el mamey, los frijoles o el toronjil son algunos ejemplos que se utilizan todavía en el presente para curar enfermedades y que conservan el uso que tenían, cuenta la investigadora que se dedicó a estudiar estos remedios tradicionales en el mercado de Sonora. Las hojas de guayaba ya se usaban para las hemorragias, enfermedades respiratorias y gastrointestinales; las seguimos empleando en la actualidad
.
Dedicada al estudio de la botánica, Balcázar señala que varias de estas plantas ya tienen investigaciones químicas que avalan las propiedades para remediar enfermedades que en algún momento los antiguos mexicanos utilizaron desde tiempos ancestrales.
Colaboración universitaria
El Códice de la Cruz-Badiano es el punto de origen de la exposición, la cual es una colaboración entre el Jardín Botánico de la Universidad Nacional y la Facultad de Artes y Diseño (FAD), con el propósito de vincular el arte con la ciencia basados en el documento elaborado casi cinco siglos atrás, el cual trata sobre las plantas originales que desde el comienzo de la vida han sido muy importantes para satisfacer las necesidades primarias y cotidianas de todos los seres humanos
, explica.
Es el primer códice que se hizo en Mesoamérica, en el que se registró el uso cotidiano de las plantas medicinales por los antiguos mexicanos antes de la llegada de los españoles
, aunque se hizo 33 años después del arribo de los conquistadores al nuevo continente.
El códice mestizo se hizo con el conocimiento de Martín de la Cruz, un médico naturalista, y de Juan Badiano, los dos indígenas mexicanos. Cruz no sabía leer ni escribir, pero tenía todo el conocimiento para hablar del tema.
El manuscrito titulado Libro sobre las hierbas medicinales de los pueblos indígenas es muy pequeño, apenas mide 15 por 20 centímetros. Está dividido en 13 capítulos; cada uno aborda una parte del cuerpo humano, como enfermedades de la piel o de la mujer, de la cabeza hasta los pies.
Balcázar relató que el documento se elaboró como un regalo para el rey Carlos V de España y así pedirle ayuda financiera para el Colegio de la Cruz que estaba en Tlatelolco, que en esos momentos pasaba por problemas económicos. Querían mostrarle toda la riqueza del Nuevo Mundo y de esa manera obtener su apoyo
.
El códice se terminó en 1552 y se llevó a España. También se le conoce como el Códice viajero, porque se perdió. En 1990 fue regresado a México por el papa Juan Pablo II y se encuentra resguardado en la Biblioteca Nacional de Antropología.
Reinterpretaciones artísticas
En estas nuevas miradas que se exhiben en el Foro Dahlia del Jardín Botánico en Ciudad Universitaria 43 artistas aportaron obras que reinterpretan una selección de las especies nacionales. La mayoría de piezas son de mujeres, pues solamente participan dos hombres, que utilizaron técnicas como bordado, cianotipia, collage o acuarela para ilustrar su uso a través del tiempo.
Verán la expresión artística de estas plantas, muchas de ellas siguen vigentes en el presente
, dice la especialista para invitar al recorrido especial Un viaje por el Códice de la Cruz-Badiano los sábados 21 y 28 de junio a las 11:30 horas, el cual tienen un costo de 70 pesos y al que los interesados se pueden registrar en el número de Whatsapp 56-1405-4445.
Los visitantes van a tener en principio el conocimiento sobre uno de los códices más antiguos que existen sobre las plantas originales en México, y las van a conocer a través de 43 obras que ilustraron con diferentes ojos, y van a saber su importancia, sus nombres en náhuatl y los nombres con que los conocemos en la actualidad.
También van a encontrar una pequeña sección de cómo se venden estos remedios en los mercados, fragmentados y en compuestos, para que puedan ubicarlas. En conjunto, hay algunos ejemplares vivos para identificarlos junto al cuadro que hicieron los artistas, por ejemplo begonias, toronjil, tule o toloache.
En entrevista, Linda Balcázar comentó que el conocimiento en los mercados es muy interesante
, porque las personas siguen recurriendo a los remedios tradicionales, al igual que en la época prehispánica, a pesar de los siglos de por medio. Va mucha gente que consume las plantas; aunque parezca increíble, en la ciudad se utiliza mucho
.
Ahí venden los compuestos medicinales con un sistema de identificación complejo; hay personas que llevan mucho tiempo vendiendo y tienen el conocimiento de cómo combinar a partir de cuadros básicos
. Además, muchas se apoyan en las fuentes bibliográficas.
Sin embargo, advierte, es importante tener cuidado, porque algunos principios activos pueden causar algún problema de salud si no se utilizan de manera adecuada. Es importante saber sobre las dosis porque no es lo mismo tomar una taza de té que un litro. Incluso cómo guardarlas para que conserven su principio activo, sus aromas y aceites esenciales. Si no se sabe secarlas todo esto se pierde.
Cuando vienen al Jardín Botánico les platicamos cómo guardar estos ingredientes para que conserven su principio activo, sus aromas y aceites esenciales, y por cuánto tiempo
, adelanta.
Es importante conservar el recurso herbolario, sobre todo porque muchas personas de escasos recursos recurren más al uso de plantas medicinales
. De igual forma, lo hacen personas con mayores posibilidades económicas, porque los remedios que dejaron los antepasados mexicanos son eficientes.