
Viernes 20 de junio de 2025, p. 9
Sly Stone y Brian Wilson fallecieron la misma semana. Expertos en melodías vocales, ambos ampliaron el significado de ser una estrella pop y sufrieron por ser los primeros en su estilo desde mediados de los años 60.
Tanto Brian Wilson como Sly Stone, músicos estadunidenses que fallecieron esta semana con 48 horas de diferencia, crearon el molde para su época: Wilson se salió del estereotipo de la estrella juvenil que debía mantenerse por siempre joven, y Stone superó ampliamente el lugar que la industria daba a los astros afro, convirtiéndose en mucho más que un eslabón entre James Brown y Prince.
En los años 60 existió un grupo de músicos sesionistas llamados The Wrecking Crew, grabaron de todo de forma veloz, eficaz y original, suplantando en el estudio a grupos enteros de adolescentes que no sabían tocar del todo bien su instrumento y durante mucho tiempo las discográficas los ocultaron, intentando hacer creer al público que los que tocaban eran en realidad los jóvenes que ponían la cara para las portadas. Con el tiempo se supo que fueron The Wrecking Crew quienes estuvieron detrás de las grabaciones de Nancy Sinatra, The Monkees, innumerables conjuntos instrumentales de rock, de surf y muchos grupos más.
Sonidos de animales
De todos sus trabajos, la bajista Carol Kaye prefería grabar con un joven que componía armonías vocales que eran al mismo tiempo delicadas y gigantes: Brian Wilson era brillante, callado y agradable, con un sentido del humor sutil y escuchaba la música de una manera diferente. No le preocupaban las reglas, en las que los instrumentos están relegados a roles fijos, y escuchaba a la música desde la perspectiva de los graves. En el estudio tal vez cambiaba la música, pero nunca los bajos
.
En el disco Pet Sounds (1966), confluyeron el tiempo el fin de la adolescencia como tema central de The Beach Boys y el comienzo de la era del disco de larga duración en el rock. Antes de Pet Sounds, el grupo de los hermanos Wilson significó un presente perpetuo de juventud eternizada en discos simples de 45 revoluciones, en los que sus melodías pegajosas de romance veraniego llevaron más gente a California que cualquier campaña turística, y aunque ninguno de The Beach Boys practicaron el surf, terminaron por impulsarlo al usarlo recurrentemente como tema en sus primeros trabajos.
Además de plasmar una visión de Wilson de melancolía solitaria, la instrumentación era igualmente novedosa, con canciones incorporando retazos de música clásica. Fue un disco tan diferente a lo que habían hecho previamente que la compañía discográfica Capitol decidió que no merecía ser ampliamente promocionado.
The Beach Boys no regresaron nunca a su etapa playera, tanto Wild Honey como Smile, de 1967, retomaron y expandieron la senda de Pet Sounds: discos que fueron mucho más revindicados décadas después de su existencia original. Inclusive podría decirse que la canonización de Pet Sounds sucedió entre finales del siglo XX y comienzos del nuevo milenio. Son discos que documentan el deterioro mental de Wilson, su capacidad como compositor, la tensión entre su búsqueda artística y su valor comercial, son obras inseparables del estado de su creador.
Grupo racialmente diverso
La historia eternizó el lema de Woodstock de 1968 Tres días de paz y amor
, pero más de una relectura sobre el festival de rock hecha desde la actualidad muestra que la asistencia fue mayoritariamente blanca, abajo y arriba del escenario. Sly & the Family Stone fue una de las excepciones: liderados por Sly, un multinstrumentista, compositor excepcional, que actualizó el funk y el soul a la era sicodélica. La presentación del grupo sería de las más destacadas en el festival y Sly, nacido bajo el nombre Silvester Stewart, que antes de convertirse en músico fue un reconocido diyéi y locutor, recordaría muchos años después en declaraciones periodísticas: esa noche pateé culos
.
Sly & the Family Stone era un grupo racialmente diverso, una máquina de hits, tan divertidos como politizados y futuristas. El documental sobre Sly realizado por Questlove y exhibido este año en el Festival de Cine de Cannes, ofrece precisiones sobre lo nuevo que era el rol de la estrella pop negra para la época, y Sly fue uno de los grandes, que intentó en ese terreno fangoso no ser dominado por la presión política, ni rendir cuentas a la industria discográfica ni al jipismo. En el filme anterior de Questlove, baterista del grupo The Roots, desempolvó un festival de música afro y latina en el Bronx: en Summer Of Soul (2021), se ve a Sly & The Family Stone desplegar su show ante miles de seguidores, una mezcla de luces, trajes, ritmos, expresividad y talento técnico y colectivo que daba como resultado un ataque total a los sentidos.
Sly trazó un paralelo intencional, pero no forzado, entre el contexto social y político y la discografía de su grupo, los discos A Whole New Thing (1967), Dance To The Music y Life (1968), Stand! (1969) y There’s A Riot Goin’ On (1971), abarcaron desde el comienzo del jipismo, los asesinatos de los líderes negros Martin Luther King y Malcom X, la guerra de Vietnam y el hedonismo que se le atribuyó a la música disco. Sly usó de forma original primitivas cajas de ritmos, que fueron una de sus marcas distintivas en los años 60.
Cuando la primera generación del hip-hop buscaba baterías o bajos sobre los cuales rapear, encontraron los discos de Sly entre los de sus padres y se convirtió en una referencia, no sólo por lo musical, sino por su audacia a la hora de ampliar y mezclar su concepto. Un ejemplo de la música de Sly formando parte de hits que samplean su música: Mama Said Knock You Out, canción de LL Cool J.
Si Wilson pagó el precio mental de ser un artista joven plasmando su entrada en la adultez, Stone tuvo que soportar las tensiones de ser el músico negro que cautivó también a una gran audiencia blanca, algo que no había sucedido con tal intensidad hasta la aparición de Sly. Su música podía ser agradable, pero Sly no fue sumiso y alteró el panorama de una música mutante, no podría haberlo hecho sin su grupo, cuyo nombre fue traducido en la portada de un disco simple de edición mexicana como Los Picapiedra.