ste 15 de junio se cumplieron 146 años del fallecimiento de Ignacio Ramírez Calzada, El Nigromante, uno de los más importantes políticos e ideólogos de la Reforma mexicana. Personaje polifacético: periodista, escritor, diputado, soldado defensor de la patria. De la brillante generación de la Reforma, fue el pensador más radical, pionero en defender los derechos de las mujeres y de las comunidades indígenas.
Nació el 22 de junio de 1818 en San Miguel el Grande, Guanajuato. Su padre, Lino Ramírez, participó en el bando insurgente durante la Independencia y apoyó las reformas impulsadas por Valentín Gómez Farías. La familia se trasladó a Querétaro, donde comenzó sus estudios. Los continuó en la Ciudad de México, en el Colegio de San Gregorio, donde estudió arte; más tarde se graduó de abogado en la Universidad Nacional. Tenía pasión por el conocimiento, leía mucho de historia, literatura, pedagogía, ciencias, filosofía. Su discípulo Ignacio Manuel Altamirano escribió: Ramírez, después de haber entrado a esas bibliotecas erguido y esbelto, salió de ellas ligeramente encorvado y enfermo, pero erudito y sabio, eminentemente sabio
.
Anticlerical, el también llamado Voltaire mexicano ingresó a la Academia de San Juan de Letrán, conocido grupo de intelectuales, con un discurso que provocó un escándalo al afirmar que Dios no existía. En 1845, con Guillermo Prieto y Manuel Payno, fundó un periódico Don Simplicio, burlesco, crítico y filosófico
. En su primer número apareció El Nigromante con este verso como carta de presentación: Y un oscuro Nigromante / que hará por artes del diablo / que coman en un establo / Sancho, Rucio y Rocinante / con el Caballero andante
.
En ese número, su artículo A los viejos
atacó a los falsos sabios, a los sacerdotes embaucadores, a los propietarios feudales, a todo el que ha engañado, oprimido y explotado al pueblo produciendo frutos de discordia desde 1821
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En sus textos, El Nigromante denunció la corrupción de los jueces y de los gobernantes criollos, la impericia de los legisladores, la falta de leyes adecuadas. Sostuvo un intenso combate contra las posturas de los conservadores, representadas por el periódico El Tiempo, que dirigía Lucas Alamán, quienes buscaban restaurar una monarquía en el país sostenida por el clero, el ejército y los hacendados. Escribió: “Los hacendados desean gobernar, pero no son capaces de producir… El ejército está sujeto a la voluntad ajena, ve con desdén las ciencias y las artes, necesita estar listo para combatir. El clero, gran propietario de tierras, posee sus propias costumbres y leyes y tampoco conoce cómo se producen las riquezas”.
La Independencia, si bien significó conquistas importantes, como el fin de la esclavitud y los tributos, la terminación del yugo colonial, la instauración de una República federal y un gobierno constitucional, para las clases pobres no había modificado mucho sus precarias condiciones. Los campesinos, indígenas y artesanos vivían en la pobreza; las clases pudientes, el clero, los terratenientes y grandes comerciantes, los jefes del ejército, mantenían sus fueros y privilegios y concentraban la riqueza. La desigualdad social se mantenía casi igual que en la etapa colonial. Una y otra vez lo denunció: Los propietarios disfrutan sin trabajar, y la chusma trabaja sin disfrutar
. Atacó a la Iglesia no sólo por ser el principal poder económico, sino por mantener el monopolio educativo. Era necesario sustituir a la teología por la ciencia y la filosofía; el dogma por la razón; al cura por el sabio y el filósofo y a la fe por el escepticismo
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El Nigromante fue pionero en defender los derechos de las mujeres. No podía haber una sociedad justa si se excluía a la mitad de la población. Denunció que “las mujeres no son ciudadanas… por no ser ciudadanas, se les esclaviza muchas veces”.
La clave para resolver los problemas del país era la educación. El sistema educativo era insuficiente; los conocimientos impartidos eran atrasados; no había vinculación entre la enseñanza y los procesos productivos. Lo más grave era el rezago educativo en las comunidades indígenas. Sin educación, impulsada por el Estado, los pueblos indígenas seguirían sumidos en la pobreza y la marginación.
Cuando estalló la guerra de conquista de Estados Unidos contra México, El Nigromante acudió a la defensa de la patria. En 1847 fue secretario de Guerra y Marina en el estado de México. Con José María Iglesias y Guillermo Prieto, creó un consejo de gobierno que estableció leyes educativas, la libertad municipal, la abolición de las alcabalas y la formación de la guardia nacional. Como parte de las fuerzas patriotas, participó en la Batalla de Padierna contra los invasores en ese aciago año.
En 1848 fundó otro periódico de combate, Temis y Deucalión, donde publicó un artículo en defensa de los indios, que denunció la explotación a la que eran sometidos y justificó que se rebelaran para liberarse. Por ello fue encarcelado hasta que un tribunal lo absolvió en 1850. El fortalecimiento de los conservadores en el estado de México lo hizo trasladarse a Sinaloa, donde fue secretario de Gobierno en 1852. Un levantamiento de los comerciantes de Mazatlán derrocó al gobierno. Tuvo que huir a Estados Unidos. Regresó a la Ciudad de México y fue nuevamente apresado por la dictadura de Santa Anna. Salió de prisión cuando el dictador fue desterrado y se unió a la revolución de Ayutla. En los decisivos acontecimientos que siguieron sería uno de los principales protagonistas.
* Historiador