Opinión
Ver día anteriorViernes 13 de junio de 2025Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
¿Crisis de fecundidad?
L

a fecundidad no se vive igual en diferentes tiempos ni puntos del planeta. El pasado 10 de junio el Fondo de Población de Naciones Unidas presentó el libro La verdadera crisis de fecundidad . Con base en estudios basados en evidencia, informa sobre las tendencias de la fecundidad en el mundo y nos alienta para dejar atrás la ansiedad demográfica, a abandonar los tonos catastrofistas que suelen encabezar las notas en los periódicos, a veces ocupando las ocho columnas. Ante el interés que hoy despiertan la disminución de la fecundidad, el envejecimiento poblacional y la falta de trabajadores en el futuro, hay quienes hablan del riesgo de la despoblación del mundo y quienes aún sostienen y les asusta la sobrepoblación.

Pero lo que hace falta es comprender la dinámica demográfica y cambiar la narrativa y la actitud, y sobre todo diseñar políticas de población que enfrenten el presente y se anticipen oportunamente a los cambios proyectados. La publicación es amplia. Aquí me referiré a algunos aportes valiosos a considerar ante el freno a la fecundidad, la diversidad del ritmo que se presenta en las regiones.

Valoro el enfoque histórico del texto, que contemple una revisión del pasado de las políticas mundiales de población. Toda historia es historia del presente –decía Benedetto Croce–, porque se va construyendo y reformulando con el tiempo, y siempre desde el presente. El análisis crítico va directamente contra los programas restrictivos y sus repercusiones negativas, en algunos países se llegó a extremos como la esterilización forzada, que vulnera la libertad de las mujeres; a la imposición de un solo hijo, que llevó a que el segundo hijo perdiera el derecho a la educación, a la salud y más; a la prohibición de los anticonceptivos y del aborto, que niega la libertad de decidir a las mujeres y se correlaciona con altas tasas de mortalidad materna.

Otra virtud del texto es su abordaje interdisciplinario al vincular las tasas de fecundidad con factores estructurales y socioeconómicos con variables culturales, sociales, jurídicas y sobre todo políticas. Los escenarios demográficos son muy diversos; hay países con alta y baja fecundidad, con alta emigración, con alta inmigración, con migración de tránsito y de retorno, poblaciones con perfiles más envejecidos y otros más rejuvenecidos. Paralelamente, se expresa un fenómeno global: en todo el planeta la fecundidad ha descendido a la mitad o más, y el deseo de dos hijos se hace mayoritario, aunque a diferente ritmo en las regiones, y con replanteamientos posteriores al alza y a la baja.

Ante los cambios de la fecundidad y de la estructura por edad de las po­blaciones es urgente articular la perspectiva de género y el trabajo de cuidados en el diseño de las políticas de población, promover la conciliación de la vida laboral y familiar, el derecho a decidir de niños y adolescentes, así como de las mujeres a la autonomía física y económica, a contar con una educación integral de la sexualidad y servicios de salud reproductiva, y a una vida sin violencia.

La generación del siglo XXI resignifica los movimientos feministas y también revitaliza movimientos antigénero. En América Latina crecen redes clandestinas de solidaridad para facilitar el acceso al aborto y al matrimonio igualitario, se apoyan gastos y viajes para acceder a lugares donde se pueden ejercer estos derechos. Hay expresiones muy extremas. El Movimiento MB de chicas en Corea llama a prescindir de citas, de relaciones sexuales, del matrimonio y de la maternidad. En comunidades estadunidenses se habla del celibato involuntario (incel), comunidades virtuales de varones que responsabilizan a las mujeres de su falta de interacciones sexoafectivas, con lo cual justifican actos de violencia hacia ellas. La regresión en EU llegó a penalizar nuevamente el aborto después de 50 años en que fue un derecho de todas mujeres de este país, lo que ha llevado al crecimiento de la esterilización permanente en población joven, entre otros efectos. Algunos países de la Europa conservadora intentan prohibir el aborto ante la baja de la fecundidad. Hoy en Irán y otros países islámicos se prohíben los anticonceptivos, el aborto y se fomentan las uniones tempranas.

Lo importante es que todos puedan ejercer la libertad de decidir ser o no ser madres o padres y en qué circunstancias, de acuerdo con sus planes y rutas de vida. En muchos grupos sociales persiste la falta de libertad y de decisiones libres, hay países que reportan porcentajes mayores a 30 por ciento de embarazos no intencionales. Quienes no desean tener hijos mencionan las rentas altas, la precariedad laboral, el costo elevado de los cuidados y las escuelas, no encontrar la pareja adecuada, dificultades en uniones del mismo sexo, el futuro sombrío, la guerra y el deterioro del planeta.

Veinticinco por ciento de las mexicanas ha vivido un embarazo no deseado, para 7 por ciento su número ideal de hijos es cero, para 12 por ciento, uno, para 37 por ciento el deseo es de dos hijos y para 16, tres hijos. El crecimiento lento de la población de México (menor a uno por ciento anual) y la baja fecundidad (1.7/mujer) nos abre una oportunidad para impulsar la economía y favorecer una visión positiva de futuro, con posibilidades y esperanzas.

* Secretaria técnica del Conapo

X: @Gabrielarodr108