Trabajadoras
edicado A mis hermanas. A nuestra madre. A nuestras hijas. A las amigas. A nuestras flores
, el libro Las trabajadoras,* de Mónica Nepote, Premio Xavier Villaurrutia 2024 (jurado: Carmen Villoro, Verónica Gerber Bicecci y Jorge von Ziegler), es claro en su propuesta desde sus primeras páginas.
El acta de premiación indica que partiendo de la poesía y fundiéndola con el ensayo, el texto galardonado amplía las fronteras de los géneros literarios y la perspectiva del problema que aborda: las bases de la explotación laboral. Destaca que el libro recupera el lenguaje de la costura y la mecanografía para reivindicar el trabajo de las mujeres. Es ferozmente crítico con las formas de producción de la industria textil, pero nos invita a especular sobre otros futuros posibles
.
Esto no es sólo invocar
, dice la autora. “Es dar sentido, es dar fuerza…”. Tenemos que prenderle fuego al fuego
. No querer ser, es no decir / no indagar, no hablar
.
“Su lenguaje era el servicio, su sentido, su significado sólo / válido por atención, por precisión y solicitud. / Por su decir: sí señor, no señor. Ese arte de desaparecer en plena mirada / ese arte de pasar desapercibida / se conoce como arte del camuflaje / ser mujer-lámpara-objeto-plancha-lavandera / ser servicio / ensambladora / ser objeto sordo / gris precario mutable triste | desconcertante”.
No trabajé // porque lavé y fregué, mi casa de cabeza, porque planché, sacudí, / pulí las ollas hasta ver mis ojeras.
Sé mi voz, escúchame
es concisa solicitud que lo mismo puede la trabajadora dirigir al consumidor del producto que sale de sus manos, que la autora dirigir a su madre, su hermana, su amiga –o al lector–.
Un poema perfecto: Es un asunto de cuerpo / es un asunto de prisa / es un asunto de sobrevivencia / es un asunto de seguridad / es un asunto de llanto / es un asunto de parálisis / es un asunto de golpe / es un asunto de sobrellevar / es un asunto de grito / es un asunto de fuerza / es un asunto de cuerpo
. Mensaje secreto
se titula este otro: No tienes hilo / tan largo como se requiere / para amarrarme / ni modos o lengua / que domestique mi aullido. / Acá arriba, mi cabello peinado / las huellas del cepillo, el fijador. / Aquí / no te fíes / hay navajas que guardan filo / bajo mi apariencia domesticada / sigue la lumbre / de La No Sometida
.
Libro, como ahora se dice, poderoso; sin lugar a dudas.
* Publicado por Heredad en su colección Siembra de Lluvia.