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Reconocimiento a paisanos // Aportan al PIB estadunidense// Trump, hablar con una piedra

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▲ Policías, agentes de migración y de seguridad nacional se enfrentaron ayer con manifestantes fuera de las oficinas del gobierno federal en el centro de Los Ángeles, en repudio a las redadas. La alcaldesa Karen Bass decretó el toque de queda.Foto Afp
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arece sueño guajiro (que lo han tenido prácticamente todos los mandatarios mexicanos, así sea de dientes para fuera, como Vicente Fox y su enchilada completa, que resultó un rotundo fracaso; eso sí, presumía la exportación de excelentes jardineros), pero la presidenta Claudia Sheinbaum no quita el dedo del renglón, especialmente a partir de la brutal represión de los paisanos en Los Ángeles: en la agenda con el gobierno están temas como seguridad, soberanía, comercio, etcétera, pero es urgente concretar un tratado migratorio bilateral amplio, consensuado, de largo alcance y respetuoso de los derechos humanos.

Obvio es que a Donald Trump y su pandilla de rufianes (como la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, descendiente de inmigrantes, como el propio salvaje de la Casa Blanca) tal exhorto le importa un bledo, porque él todo lo resuelve a garrotazos. Sin embargo, no puede seguir con la tradición gringa: intentar tapar la realidad con el creciente envío de tropas ( marines incluidos) para reprimir a los inmigrantes y enviarlos a los centros de detención para finalmente deportarlos. Lo único que ha logrado es que la protesta se intensifique y se expanda más allá de Los Ángeles.

Si de salvajes se trata, Kristi Noem grita ¡presente! Ayer, se aventó la puntada de acusar a la presidenta Sheinbaum de alentar las protestas en Los Angeles, cuando en los hechos la mandataria no ha hecho más que reiterar su llamado a la no violencia. Entonces, lo que aquella dice es completamente falso.

De hecho, ayer Sheinbaum reiteró: Nuestra posición siempre ha sido de defensa de los mexicanos que viven en Estados Unidos y al mismo tiempo el llamado a que no es con redadas, no es con violencia, sino atendiendo a una reforma migratoria integral que reconozca el papel de los migrantes en Estados Unidos, sobre todo aquellos que llevan ya muchos años trabajando allá. Y al mismo tiempo, el llamado a no generar acciones violentas, y apoyarnos, como siempre lo hacemos, entre las y los mexicanos, entre las familias, y que sean acciones pacíficas, no violentas.

Estados Unidos es un país de inmigrantes, construido con la indiscutible aportación de seres humanos provenientes de todos los rincones del planeta. De hecho, los llamados padres fundadores (hacendados y esclavistas, de Jefferson a Washington) descendieron de ingleses y escoceses y se dedicaron, entre otras cosas, a lograr la independencia. Pero el gobierno gringo es de memoria muy corta y aplica una política selectiva en materia migratoria.

La presidenta Sheinbaum insiste en que el gobierno estadunidense debe considerar a la comunidad mexicana y su creciente aporte y peso específico en la economía de aquel país. Tiene que ser parte de la agenda; deben ser reconocidos y apoyados, subraya, pero lo cierto es que intentar un diálogo constructivo con Trump es como hablar con una piedra.

Por lo anterior, vale recordar la información que recientemente divulgó la organización Latino Donor Collaborative: el origen de una gran parte del producto interno bruto estadunidense viene de los latinos, específicamente de los mexicanos; 51 por ciento de la mano de obra en granjas lecheras de Estados Unidos es inmigrante; 46 por ciento de las empresas de la lista Fortune 500 fueron fundadas por inmigrantes o sus hijos; 45 por ciento de la mano de obra en el procesamiento de carne es de inmigrantes, al igual que 29 por ciento de la mano de obra en la construcción, 20 por ciento en manufactura y agricultura y 15 por ciento en educación y salud. Es que la fuerza de trabajo de los latinos, y de los mexicanos específicamente, no es nada más el estereotipo y el mito: está en todos los aspectos y las áreas de Estados Unidos.

El año pasado, documentó, los mexicanos nacidos en Estados Unidos contribuyeron al PIB de la nación vecina con 781 mil millones de dólares. Si el total de mexicoestadunidenses constituyera un país independiente, sería el décimo más grande del mundo. Hoy, los latinos son entre la cuarta y la quinta economía más grande del planeta, y solamente los mexicanos la décima.

Las rebanadas del pastel

El cártel de la toga ya se va, pero no deja de hacer negocios sucios: el ministro Alfredo Gutiérrez Mena, director calderonista del SAT, se aferra a otro enjuague para beneficiar fiscalmente a empresa privadas. La Secretaría de Hacienda busca que no participe en la resolución de un amparo que permitiría el pago de intereses sobre la devolución de impuestos. Permitir que intervenga sentaría un precedente terrible, dice la presidenta Sheinbaum… Y en Argentina, el lawfare a todo lo que da.

X: @cafevega