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La literatura debe abordar temas que inquietan a los niños: Andrés Acosta

El autor de Huérfanos aseguró en entrevista con La Jornada que hacerlo llevaría a una evolución no sólo de la escritura, sino de los lectores

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▲ Andrés Acosta durante la charla con este diario en la librería Rosario Castellanos.Foto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de junio de 2025, p. 3

Es necesario que la literatura infantil y juvenil aborde temas como la violencia y la soledad, tópicos que inquietan a sus lectores, dijo el escritor Andrés Acosta a propósito de Huérfanos (Akal), su libro de cuentos para niños más reciente.

En entrevista con La Jornada, el autor mencionó que aunque ni los niños ni los jóvenes participan directamente en la violencia, ésta los toca directa o indirectamente, como las ondas en el agua que se van esparciendo y van moviendo la vida de los personajes.

En cambio, la literatura tradicional dedicada a este segmento en las décadas recientes se empeña en temas felices, lo que quisiéramos que fuera la vida de los chicos. Ojalá viviéramos así, añadió Acosta (Chilpancingo, 1964).

El novelista destacó que en la literatura se deben tratar los momentos de soledad y de falta de apoyo; asimismo los de la solidaridad que se encuentran en una comunidad, en parientes y amigos. Todas esas preguntas y respuestas acerca de temas complicados. Es importantísimo que lo hagamos, porque es una evolución no solamente de la literatura, sino de los lectores.

Añadió: hay un paso más que va a estar dando esta literatura porque está muy viva, a diferencia de la de adultos, en la que ya se trataron todos los temas.

Aspiración estética

Acosta declaró que en México los lectores están madurando más y un poco a marcha forzada, porque la situación que vivimos hace que reciban información por las redes sociales y los medios de comunicación, ¿por qué no a través de la literatura? ¿Por qué no se pone esta literatura a la misma altura, pero con una aspiración de contar las cosas de manera estética, literaria?

En sus comienzos, el autor escribía sólo para adultos. Ante los comentarios de que tenía muchos personajes niños o jóvenes se le ocurrió intentar en la escritura para este sector. Relató que se dio cuenta de su desconocimiento y luego de que la literatura infantil y juvenil “es una especialidad y como tal requiere un trabajo mucho más amplio que para adultos.

La dificultad es que nos dirigimos a un público muy específico. Y yo lo hago porque pienso que el público al que vale la pena dirigirse en este país, y en todos, es el infantil y juvenil, pues tienen esa posibilidad de un cambio.

El título se refiere no nada más a la ausencia del padre, la madre, el tío o quien sea el tutor, sino de una falta de responsabilidad de toda la sociedad que está dejando a la gente en la orfandad y, particularmente, a los niños.

La opinión del autor es que los menores son doblemente huérfanos, no sólo por la familia, sino por nosotros como sociedad. Huérfanos implica demasiado a demasiados niveles: una orfandad de la educación, de la lectura, del cuidado para los niños que deberíamos tener en lo colectivo.

Lamentó que ante las cifras altísimas de niños huérfanos por desapariciones, enfermedades y otras razones haya pocos programas para cuidarlos. No sólo del Estado, sino también de las asociaciones civiles; o sea, es una responsabilidad que no hemos cumplido en conjunto.

Reseñó que muchos textos catalogados como de literatura infantil y juvenil no fueron escritos para ese público, sino que un editor decidió que podría interesarles. Y después se hacen adaptaciones, se ilustran, se hacen más atractivos para lectores con estas edades, pero es ahora cuando se está escribiendo ya pensando en niños y jóvenes, no adaptando obras para adultos.

El narrador refirió que Huérfanos, ilustrado por Mariana Villanueva Segovia, nació como una propuesta desde el escritorio, muy sentado en la abstracción, en la soledad, pero en paralelo lo invitaron al programa Escribir como Lectores, que se desarrolla en España y países de Latinoamérica. Se trata de ir a escuelas de difícil acceso y condiciones precarias.

De repente yo estaba en los escenarios que me había planteado escribir, conociendo a los niños, dialogando con ellos, escribiendo, trabajando, dibujando juntos y me contaron muchas cosas, a raíz de lo cual concibió la segunda parte de sus relatos, donde muestra las consecuencias de que los niños pierdan el apoyo del papá, la mamá, los tíos o la gente cercana.

Acosta declaró que fue muy difícil enfrentarse a maestros, papás, niños y niñas que te cuentan las cosas tan duras que han pasado. Es un proceso como de transformación; es decir, ponerte en sus zapatos con la responsabilidad de tratar de contar algo dándoles voz.