lguna vez comentamos que uno de los aportes más importantes de nuestro país a la gastronomía del mundo ha sido la planta del cacao con la que se hace el chocolate. Utilizado como alimento, medicina y moneda en gran parte de Mesoamérica desde tiempos remotos, entre los aztecas poseía enorme valor. Cuentan los cronistas que tan sólo en las bodegas del tlatoani Moctezuma había almacenadas 40 mil cargas.
Fray Juan de Torquemada relata que Pedro de Alvarado, el despiadado y ambicioso capitán de Hernán Cortés, ordenó su saqueo, lo que no fue fácil, ya que el cacao se encontraba en vasijas de mimbre, tan grandes como cubas, que seis hombres no las podían abarcar
.
Era el broche de las sibaritas comidas de Moctezuma, que concluían con una jicara de cacao espumoso y unas fumadas de tabaco perfumado con liquidámbar. Durante el virreinato se le mezcló con leche, se endulzó con azúcar, y se le perfumó con vainilla o canela y se volvió un brebaje indispensable, ya que se tomaba a todas horas del día y muchos lo consideraban una necesidad.
En México se cultivan siete especies principales del grano, que el botánico sueco Carl Von Linée llamó Theobroma, que en latín significa comida de los dioses
. Del origen de la palabra xocoatl
que se va a castellanizar como chocolate
, hay muchas versiones.
Recientemente la Fundación Mucho (siglas del Museo del Chocolate) nos convocó a una charla-conversatorio sobre la colonia Juárez, para conmemorar el Día Internacional de los Museos El tema de 2025 fue El futuro de los museos en comunidades en constante cambio.
El complemento de la plática fue la breve exposición titulada La colonia Juárez: entorno cultural del Mucho
, enfocada en mostrar la gran diversidad de usos de suelo culturales actuales en el polígono de lo que originalmente conformó la Juárez en 1906.
La sede fue la primorosa casona de 1909, situada en la calle Milán 45, que alberga el museo. Es una institución privada que busca enaltecer la aportación mexicana del chocolate al mundo, promover manifestaciones artísticas, culturales y gastronómicas en torno al tema, y comunicar su importancia histórica al público.
Tanto la fachada como el interior están magníficamente restaurados y era de esperarse, porque los creadores del proyecto original son una pareja de brillantes arquitectos: Ana Rita García Lascuraín y Richard De Piro Duffy.
Recorrer sus nueve salas en la planta alta y los seis salones de la planta baja lo llevan a un universo donde la vista, el gusto, el olor y el tacto van a ser los principales actores de la experiencia. Se ha logrado una armoniosa combinación de muestras tradicionales con expresiones de arte contemporáneo.
En el recorrido se conocen aspectos del cultivo del cacao, con objetos aportados por la Hacienda de la Luz, de Comalcalco, Tabasco, y piezas antiguas y contemporáneas de distintos países productores del fruto.
Hay propuestas de una enorme originalidad como el Cuarto de Chocolate, que es un pequeño espacio forrado de tabletas de chocolate cuyo intenso aroma envuelven todos los sentidos.
La Galería del Chocolate es un salón elegante y amplio, en donde se realizan actividades como simposios, presentaciones de libros, conciertos y catas de chocolate que se llevan a cabo todos los meses en la Noche de Museos, inspiradas por los temas de las exposiciones que están presentando en ese momento, por efemérides o productos de temporada.
Cada cata presenta chocolates únicos, que no se repiten. Los elaboran en su taller, con cacaos mexicanos y todo el proceso es totalmente artesanal.
Hay que estar pendientes, porque en el verano van a ofrecer talleres inspirados en temas relacionados con el fruto. Uno de ellos va a ser acerca de la presencia de los artrópodos (insectos) en los cacaotales mexicanos y su importancia en el medio ambiente. Ahora tienen una interesante exposición sobre el tema. Es muy conveniente tomar una visita guiada que permite apreciar más a fondo las riquezas que ofrece el Mucho.
Por supuesto, hay una deliciosa tienda con todo tipo de chocolates y productos de diseño, y para rematar la visita hay una chocolatería donde se pueden saborear platillos y bebidas a base de cacao. Se va a sorprender de todas las bebidas y alimentos suculentos que se pueden preparar con esa comida de los dioses, como bien lo consideraban los antiguos mexicanos.