Las comunidades se han convertido en el eje fundamental del trabajo en el ámbito de la cultura en Cuba, y se ha multiplicado el número de las actividades artísticas, dijo Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura de esa nación, pues no puede haber apagón cultural a pesar de las dificultades económicas que estamos enfrentando.

En entrevista con La Jornada, el funcionario mencionó que desde hace siglos México ha sido muy importante para Cuba y en el presente estamos en el mejor momento de nuestras relaciones culturales.

Detalló que en torno al bolero se realizará en La Habana una gran jornada de homenaje para esa expresión cultural común de ambas naciones, con la participación de artistas mexicanos y cubanos; además, ya se inició un trabajo de coproducción cinematográfica entre los Estudios Churubusco y el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos.

Explicó que el pináculo de colaboración es la apertura del Centro Cultural México-Cuba Benny Moré, para promover el producto cultural cubano en México y hacia otras partes del mundo, un lugar de confluencia de los cubanos aquí con sus compatriotas artistas, que están haciendo su muy valioso trabajo en este país.

Alonso Grau refirió que el presidente cubano Miguel Díaz-Canel ha expresado la voluntad de que no se detenga la vida cultural y por ello se “ha redireccionado el trabajo de las instituciones del rubro hacia las comunidades, como el frente fundamental.

Ahí, los artistas de la vanguardia, las agrupaciones profesionales y las unidades artísticas de aficionados, instructores de arte, promotores culturales están trabajando mucho más, y hoy es apreciable el nivel que ha alcanzado la programación cultural en espacios de difícil acceso.

A pesar de su gran vitalidad, dijo el también poeta, la cultura se ha visto impactada por el bloqueo del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba, que ha sido recrudecido de manera brutal, criminal, y aun así no se han dejado de hacer ninguno de los grandes sucesos culturales de su país.

Se continúan realizando la Feria del Libro y la Bienal de La Habana, así como los festivales de Jazz, Ballet, el Internacional Timbalaye, a pesar de las dificultades y el boicot que han sufrido, porque se ha presionado para que artistas de otros países no asistan, como parte de la campaña de descrédito.

El ministró hizo hincapié en que se mantuvo la gran calidad de estos encuentros, en los que se incluyeron actividades para las comunidades, además de hacerse en los ya consagrados espacios tradicionales, para tratar de acercar los servicios culturales a esas personas que viven alejadas de los centros urbanos. Eso habla de la voluntad de nuestro gobierno de sostener los servicios culturales en estas condiciones y de multiplicarlos.

Alpidio Alonso Grau afirmó que en Cuba la cultura es un elemento central dentro del proyecto revolucionario que ha creado un sistema institucional que le da gran cobertura a la actividad en ese tenor. Así, se tienen 2 mil 245 instituciones culturales, con 350 casas de cultura, más de 400 bibliotecas, un número superior a 150 galerías y 350 museos.

▲ Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura de Cuba, quien inauguró el Centro Cultural México-Cuba Benny Moré en la colonia San Ángel Inn.Foto Jorge A. Pablo

Hay 37 escuelas de arte de nivel elemental y medio, un Instituto Superior de Arte, con tres filiales, todos con acceso gratuito y cuyos cerca de 10 mil estudiantes son educados en un riguroso y actualizado plan de estudios, que privilegia la experimentación y la investigación en el arte, lo que da una gran vitalidad a ese sistema de enseñanza artística.

Junto al bloqueo, se desarrolla una fuerte campaña de descrédito y difamación de la Revolución y la cultura cubana”, comentó Alonso, con la finalidad de invisibilizar el origen de los problemas en la nación caribeña, que también impacta la cultura, y aduce una supuesta incapacidad del gobierno cubano.

Informó que enfrentan la dificultad de conseguir insumos para sostener el sistema de enseñanza artística, como instrumentos musicales, indumentarias, equipos y materiales para la educación de artes, así como la tecnología para promover el trabajo de las instituciones y difundir su música y literatura.

El poeta cuantificó para 2024 los daños del bloqueo en el ámbito de la cultura en unos 195 millones de dólares, además de la imposibilidad de acceder al mercado estadunidense, que tradicionalmente fue un destino para la música y el resto del arte cubano.

Contó que las instituciones de la cultura y los artistas cubanos han sido blanco de la difamación, que intenta “desvirtuar el trabajo que hacen en su acompañamiento a los procesos artísticos y al trabajo de nuestros artistas e intelectuales, tratando de enfrentar a los artistas con las dependencias y descalificar el trabajo de los creadores, por el mero hecho de trabajar ahí, de vivir en Cuba y no pronunciarse contra la revolución. Pero han fracasado también en esto.

Han fracasado en esa campaña porque lo que se ha hecho es consolidar más la unidad del movimiento artístico y de éste con las instituciones. Hemos puesto un énfasis superior en que los artistas participen con las instituciones.

Comentó que ante el ocultamiento del trabajo de los artistas y escritores cubanos y de la difusión de que en Cuba no se está produciendo un arte libre, puede decir que ahí se discute mucho de todo. No sólo de pelota y de política, también de arte. Las instituciones culturales mantienen un diálogo muy activo y fecundo con el movimiento artístico. Lo mismo que pasa en la literatura.

Fue tajante: El mentís mayor a esa falacia la dan la obra de nuestros artistas, la solidez y diversidad del arte cubano. No es posible crear un arte tan vigoroso y tan diverso como el que se está haciendo hoy en Cuba en un clima de censura, opresivo.

Dijo que en su país desarrollan un programa contra la colonización cultural y guerra cognitiva, de símbolos, que emplea los resortes del arte para promover los valores del capitalismo; su defensa es la afirmación de los valores culturales de nuestro pueblo, porque se pretende homogeneizar la cultura y promover el individualismo.