Martes 27 de mayo de 2025, p. 13
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que el entorno digital, desde las redes sociales hasta las plataformas impulsadas por la inteligencia artificial (IA), es un riesgo documentado
para la salud mental de niños y adolescentes.
Agrega que la exposición al ciberacoso, los estándares corporales poco realistas, los contenidos sobre autolesiones y la mercadotecnia nociva están muy extendidos y poco regulados
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Un estudio reciente revela que muchas políticas nacionales hacen recaer la carga de la seguridad en padres e hijos, mientras la responsabilidad de la industria y la participación de los jóvenes siguen limitadas
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Destaca que el uso de la tecnología afecta la salud mental de los jóvenes de manera compleja y contradictoria, con resultados tanto positivos como perjudiciales
y advierte que experimentar riesgos y vulnerabilidades fuera de línea debido a una condición de salud mental existente, ser parte de un grupo marginado o basado en su género, hace que los jóvenes tengan más probabilidades de verse afectados por los riesgos en línea
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El organismo subraya la urgencia de mejorar la alfabetización digital de los jóvenes y establecer una regulación más estricta de las plataformas, que cada vez determinan más la vida de nuestros jóvenes, por lo que debemos asegurarnos que también protegen su salud mental, en lugar de perjudicarla
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En el informe Addressing the digital determinants of youth mental health (Abordar los determinantes digitales de la salud mental y el bienestar de los jóvenes) publicado este viernes, llama a los gobiernos, la industria y la sociedad civil a que adopten medidas inmediatas para que los espacios digitales sean más seguros, saludables y equitativos.
Regulaciones necesarias
La OMS propone dar prioridad a ocho políticas urgentes: hacer del bienestar digital una prioridad nacional de salud pública; regular el diseño de las plataformas para limitar las funciones adictivas y nocivas y capacitar al personal sanitario para orientar el uso seguro de la tecnología.
Además, considera necesario apoyar la gobernanza digital liderada por los jóvenes; aumentar la inversión en alternativas offline al entretenimiento basado en pantallas; aplicar estrategias intersectoriales de salud pública de eficacia probada para mejorar el bienestar digital.