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Hallan migrantes en Santa María la Ribera una nueva oportunidad de vida

Abren desde barberías hasta puestos de comida // En México hay trabajo para todo mundo, señala el fundador del negocio Los Santos

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▲ Santos López encontró en la instalación de su barbería un motivo para renunciar a sus planes de migrar a Estados Unidos y quedarse en la Ciudad de México. Residentes de la zona acuden a ella para realizarse cortes que van de 100 a 200 pesos.Foto Mara Ximena Pérez
 
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de mayo de 2025, p. 32

En la colonia Santa María la Ribera, alcaldía Cuauhtémoc, un grupo de migrantes encontró una nueva oportunidad de vida con la apertura de negocios entre las calles Doctor Enrique González Martínez y Amado Nervo.

La instalación de una barbería, a la que llamaron Los Santos, se ha convertido en un respiro económico lleno de esfuerzo. El fundador, Santos López, lleva un año y cuatro meses en el país; su plan original era llegar a Estados Unidos, pero al cruzar por el país, decidió quedarse: Aquí hay trabajo para todo el mundo, aquí el que busca, encuentra, compartió.

Aunque ya encontró una vivienda y un vecino de la zona le ofreció apoyo para rentar un local, reconoce que este proceso no ha sido fácil, por los inconvenientes que enfrentó para llegar a la Ciudad de México.

Sin embargo, conseguir clientes fue rápido, aseguró, pues los vecinos llegan de manera frecuente y los precios varían entre 100 y 200 pesos. En el local atienden de 30 a 40 personas al día.

Sentado en una de las sillas de barbería, Uriel opinó: Empecé a venir aquí porque me gusta cómo me cortan el pelo.

Yorlan, de 22 años, aprendió a hacer cortes en Venezuela porque es un oficio muy común. Desde hace dos años radica en el país: México me atrapó con su magia, dijo. Además, destacó que la economía es muy buena en comparación con la de su país, pues la luz se iba constantemente y solía regresar cada tres horas, por lo que no podían usar máquinas eléctricas en los cortes.

Igualmente Erick, habitante de la colonia, renta un espacio de su tienda para que Diana Zapata, a quien apodan La Colombiana, venda comida colombo-venezolana, como arepas rellenas, empanadas y bandejas paisa —plato típico compuesto por arroz, frijoles, huevo frito, plátano macho, aguacate y chicharrón–. Asegura que lo hizo porque son gente trabajadora. Al lado de su esposo y su hija continúan con el procedimiento legal para su estancia.

Brandon Cruz comentó que muchos se dieron cuenta de que hay muchas oportunidades en México y de tener un negocio propio.

No obstante, hace poco más de un mes la zona vivió una oleada migrante que generó incomodidad vecinal por el consumo de sustancias en la vía pública. Esto derivó en la clausura de dos casas de huéspedes por el Instituto de Verificación Administrativa, donde se hospedaban decenas de familias originarias de Venezuela.

A pesar del choque cultural que existe entre la zona de Santa María la Ribera, la aceptación de los mexicanos depende de un factor: si andas haciendo cosas indebidas, se van a portar mal contigo, pero si eres trabajador, te abren las puertas, dijo Santos.